miércoles, 28 de septiembre de 2011

paren de sufrir



Que cosas. Mi amigo aceptó ese trabajo en enero, todavia no se acostumbra a al distancia, a estar lejos de la familia, yo le digo que no había salido del cascarón y todo se le juntó: haberse casado, haberse ido a provincia y ahora extraña a los papás, a los hermanos. Particularmente hoy estaba muy decaido y su nick en el mesenger era algo asi como: !hermanos, los extraño, tanto!

Y ella, bueno a ella le han dicho que un alto porcentaje de sus post en el feisbu son quejosos o sufridores e incluso agobiantes para quienes los leen. Y el post de hoy era: !extraño mi i phone!

Asé es la vida señores tanto sure uno como sufre el otro, todos necesitamos sufrir por algo o por alguien, es ese un propósito en la vida, jajajajaja hoy sufro porque me comí esos indecentes chocorroles y alguien sufre porque no tuvo para comer... y tú ¿por qué sufres?




lunes, 26 de septiembre de 2011

Enamorada y Mutilada

Mi amiga está enamorada. No tengo razones para dudar de su palabra. Yo, he pasado todo el día escuchando musica que me recuerde de qué va ese asunto. "¿Y qué se siente?", le pregunto, "¡Es algo que se siente aquí!", me dice con una de sus sonrisas tornasoladas y casi levanta el vuelo, luego regresa a la conversación y me cuenta que se llama ......., que le preparó el desayuno, que no paraba de mirarla en la reunión del sábado, donde por cierto lo conocieron todos sus amigos; me dice que son almas gemelas y que sin embargo, eso no impedirá que deban separarse, como ya estaba previsto,  en los proximos días, tal vez para siempre. ¡Fuck! (hasta suena a novela con corazón ¿qué no?) pero, ¡hey! esta vez no siento el impulso de agacharme a recoger pedacitos de su corazón roto, esta vez ningún pendejo funcional la ha dejado malherida, esta vez su corazón es un músculo fuerte que galopa estrepitosamente, sacude el edificio y amenaza con hacerlo estallar de un momento a otro. Y me encanta que sea así. Estoy feliz de ver a mi amiga en ese maravilloso estado y es màs, yo que ella no lo dejaba ir o me iba tras él, pero verla, escucharla e intentar sentirla, me ha puesto a mi en este otro estado.  ¿Y cómo es eso?, ¿qué se siente?... creo que aún me siento mutilada... 

Nunca volverá jamás a pisar un escenario 
Lo verá, si es que lo ve siempre desde la platea 
Como un sueño inalcanzable 
Como la luna llena 

No es lo mismo enamorarse de la vida o de una misma, o de tantas cosas, que embriagarse de ese coctel de sensaciones que es enamorarse de un "otro", no lo es, digo yo.

jueves, 22 de septiembre de 2011

familia funcional, familia disfuncional


Once de la noche, le marco para saber si mañana estará aquí temprano con ella ya que no la enviaré a la escuela, le duele la barriga y ha estado vomitando y él es su papá y puede cuidarla ¿qué no?

Ocho de la mañana, él me llama para saber si también estaré en el festival. Ya no somos pareja pero igual aparecemos juntos en el patio de la escuela para comer con ella en la kermes y aplaudir juntos en el numero donde nuestra hija participa.

En otra ocasión, los tres aparecemos paseando por la plaza, invitándonos un helado, mirando la cartelera del cine, y otras de esas cosas que hacen las familias convencionales, pero no lo somos.

La verdad es que ni él piensa en regresar, ni yo pienso en que regrese, y Faty, no, yo creo que ya quedó atrás el tiempo de la fantasía de que sus papás volvían a vivir juntos. Ella también sabe que eso no sucederá. Tampoco es que hagamos estas cosas con esa nostalgia ni es que yo escribo esto por esa razón.

Es por tomar nota de que soy de esa generación de mujeres que dejaron atrás el rompimiento a la antigua, el simple y llano truene, al estilo de “cortón de raíz y a vivir en la disfuncionalidad”.

Puede ser que aún no sea una cuestión general pero me atrevo a decir que la sociedad ya no tolera esa estructura, precisamente porque las personas rehusamos quedarnos sin estructura.

Es cierto que a hombres y mujeres nos cuesta cada vez más trabajo establecer acuerdos para vivir en pareja en un mundo que ofrece tantas posibilidades de vivir de tan distintas maneras, de crecer en tan distintos procesos.

El punto es que hoy, muchos y muchas que nos aventuramos una vez a vivir en pares y procreamos, nos separamos, sí, pero de un momento a otro volteamos a replantearnos la posibilidad de convivir y mirarnos con respeto o cuando menos con tolerancia a fin de seguir funcionando como familia aún sin permanecer en el mismo espacio físico.

No soy la única que vive la separación así. Conozco a otro puñado de hombres y mujeres que lo experimentan. No todos tenemos los mismos resultados, nos aventuramos a distintos riesgos y de hecho los resultados aún están por verse, ¿en unos 10 o 15 años, cuando los críos estén listos?

Por ahora a ella le hace mucho, mucho bien, de alguna manera funcionamos, él está incorporado a su proceso educativo, a sus días, es parte de esa casa con mucho pasto, con tías, con una abuela, con muchas visitas los fines de semana, es las salidas con papá y las llamadas y confidencias de las que yo no formo parte, es los gustos que comparte con ella y no conmigo, se une a ella en estos años en que se hace grande, deja los vestidos rosas y conoce el mundo y no es por mi benevolencia, no es que le permití regresar, es que nunca se fue, está enteramente en su corazón, y es sencillamente por el bien de todos.

martes, 20 de septiembre de 2011

Se busca


Casi nunca se lo digo a nadie pero, secretamente ando buscando, disimuladamente un día entro en un directorio y tecleo su nombre, a veces en esta o aquella red social o si me quedo en casa de mi madre, me descubro hurgando en su agenda vieja, tal vez no borró su número o su nombre aunque sea. 

Él no sabe que yo hago estas cosas, él tal vez ni se acuerda de mí, él me envió una tarjeta cuando cumplí 11 años y después no supe más de él. Me quedé con la historia contada por mi madre con tantos parches y remiendos, una mentira aqui y un acomodo allá, que me parecía siempre ajena; una historia tan manoseada al derecho y al revés por mis tías, tan murmurada por mi abuela como en leyenda de otros tiempos que me olvidé de que era mi historia.
Lo que yo tengo es solo una escena en la que él me cargaba y parecía tan alto o yo era tan pequeña; él usaba lentes y tenía barba y la voz joven y camisa a cuadros o tal vez azul, el recuerdo se difumina como fotografía vieja y hay cosas irrelevantes que de pronto son las únicas que conservo del único padre que tuve. Papá debo decir, así le llamo en ese momento, le grito que estoy cansada y él me levanta en sus brazos y debo decirlo, me gusta su sonrisa.

A ella le he preguntado y me ha dicho que mi recuerdo me engaña que no era tan alto, que no era tan guapo, que sí, que era joven pero, demasiado joven para ser mi papá y que en realidad no debía llamarle papá. Ese fue, el ultimo remiendo de la historia: que todos nos equivocamos, ella, él y hasta yo. 

Ahora busco de vez en cuando y hoy encontré su nombre completo, una dirección y un número telefónico. Puede no ser él, puede ser una mera coincidencia y yo diga: "perdón, señora, marqué un número equivocado"; puede ser y no querer hablar conmigo, puede ser y decirme algo que nunca me habría gustado escuchar. No lo sé, lo que secretamente estoy buscando es que él me diga si su camisa era azul, esa otra parte de la historia, el revés, la que ella nunca va a contarme, la que él sabe, la que yo no puedo recordar, la que también es mía.

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