lunes, 14 de junio de 2010

m a m a d i n o


(Léase con el tema betleriano de fondo)

And I've been working like a dog...

It's been a hard day's night...

I should be sleeping like a log ...

But when I get home half-dead,

And I look at my bed,

That's when I know I'll be all right ...

Me hacía ilusión que algún día en la vida Fatima viniera conmigo a la oficina pero extrañas son las formas que tiene la vida para complacernos. Vino porque en este país prevalece una cuestión administrativa sobre la razón de ser de una escuela, que es, que los chamacos tomen sus clases en ellas. Así que la directora decidió que si perdimos la credencial, justo era que Fatima no entraba a clases. Había que pagar el castigo y por supuesto, le valía queso lo que hiciera yo con mi hija en el exilio escolar.

Bueno eso ya lo digerí, la cosa es que recuerdo pocos días así, tan llenos de contraste. Tuve otra de esas peleas interiores con las reglas sinsentido, con la malacara de la directora, con el taxi que me cobró de más, con la combi que no paró porque se atravesó otra y con el sistema y los diputados y los impuestos y la fiebre futbolera y…pero, luego, agradecí que tengo un empleo, que éste me gusta, que tengo compañeros de trabajo agradables y que eso incluye a dos grandes amigas, que Fatima llenó de dulce el escritorio, que acomodó plumines de colores en mi lapicero y que el jefecito decidió que me daba permiso de irme temprano para que mi chamaca no se aburriera o para que no diera lata, para el caso es lo mismo. El día mejoraba y yo ya hasta había olvidado el berrinche por lo de la escuela, hasta iba pensando en que tal vez la directora tuvo razón y pos las reglas son para cumplirse y yo no tenía que discutirlo como me dicta luego mi naturaleza.

Yo se lo advertí, le dije que me acompañaría a trabajar pero que tendríamos que meternos al Metro.


-Me encanta!!! Es como una lombriz, nos come y va debajo de la tierra.

Y sí, que padre la metáfora de mi nena pero tenía que decirle que no era como otras veces cuando vamos de paseo nomás, que a esta hora de irse a trabajar todos los viajantes se ponen furiosos porque todos quieren llegar primero y porque son cientos y se aplastan y empujan, así que tendríamos que evitar estorbar y no pegar y cuidarnos de que no nos pegaran. No lo hicimos tan mal.
- Sabes mamá. La gente en el metro es como una estampida de parasaurolophus


Por la tarde la cosa no fue muy distinta porque los parasaurolophus volvían a correr en loca estampida. Era verano y suelen asustarse cuando avecina una tormenta, además resisten poco las altas temperaturas. Los trastorna.

Los parasaurolophus son altos, casi todos rebasan la estatura de Fatima en al menos un metro y tienen una gran cresta. Los científicos ya saben que es para emitir bramidos o mugidos muy sonoros. Las hembras de esa especie tienen unas crestas más pequeñas, menos espectaculares; por lo que sus bramidos son más agudos que los de los machos.

Este parasaurolophus intentó pisar a Fatima pero yo la cubrí así que quiso arrojarme sobre mi cría. Emitía agudos bramidos pero se sabe también que el cráneo muy desarrollado de esta especie funciona más para respirar bajo el agua que para razonar así que no presté mucha atención a lo que decía.
Me parece que esta hembra de parasaurolophus nos atacó porque trataba de proteger su alimento, que envuelto en papelito blanco pudo haber sido un pastel o un flan. Yo no iba a quitárselo y en medio de la estampida trataba de no ser una amenaza para ella pero estos animalotes no entienden de razones y vino el golpe con uno de sus muñones delanteros.

Es cierto que los Pachycephalosaurus estamos dotados para resistir con la cabeza las poderosas fuerzas ejercidas durante las embestidas y eso intenté, le pedí que fuera prudente, que viera que mi cría iba entre nosotras pero no cedió así que ocurrió lo que jamás creí que me ocurriría. Primero la embestí con el cuerpo y luego mostré las dos hileras de afilados colmillos y como este necio ejemplar me seguía por el pasillo del metro, use mis garras. Al fin se sintió lo suficientemente amenazada y se alejó con su comida intacta. Que pena, me hubiera gustado ver ese pastel apachurrado.

Todavía me duelen las uñas y siento un poquito de cruda moral. Pero, aprendí algunas cosas. Que mi instinto primitivo vive en mi, y que puedo viajar apachurrada, empujada, pisoteada, insultada todos los días en el taxi-combi-tren-metro, acumular el enojo y luego dejarlo fluir muy civilizadamente pero si alguien se mete con Fatima seré un dinosaurio feroz. Por otro lado, entendí porque se extinguieron los dinosaurios.

Y esto no me lo apruebo porque finalmente el mundo ya está muy mal y estaría peor si todos decidiéramos que nuestra causa es más justa siempre que la del que viaja al lado, pero me perdono. ¡Hey! Sólo fue la noche de un día difícil.

miércoles, 9 de junio de 2010

De noche...




Anoche cuando salimos había llovido. Evitando el lodo pisamos unos caracoles. Me da pena pisar caracoles y a decir verdad prefiero que me de pena. Me refiero a que de otro modo me daría asco. Si, pensar en su caparazón y el contenido bajo mi zapato, tienen esa especie de órganos internos miniatura, bueno lo son, vaya, que el caracol no es un pedacito de carne dentro de la concha, tiene de todo ahí dentro y pisarlo, pues…wac…Horror.

No estoy segura pero creo que había luz de luna, creo que descubrimos un secreto y extraño hábito de los caracoles. Salen a tapizar los jardines cuando la gente duerme por el puro placer de bañarse en luz de luna y en esa oscuridad cómplice se hacen amores de caracoles, se seducen o juegan y se trepan a las conchas de otros o a las bicicletas y los carros de pedales; entre los pastitos recién podados y aromáticos sobresalen sus ojitos largos y miran al cielo esperando las ultimas gotas de lluvia en ellos y sueñan que el mundo es suyo.

A esa hora lo era pero a dos los pisamos y hubo un tercero bajo el zapatito de Fatima quien me apretó la mano hasta clavarme las uñitas. Las dos nos estremecimos y gritamos. No, me parece que crujimos igual que la redonda casita café y corrimos.

Cuando miramos bien, descubrimos esa fantástica fiesta de caracoles y tuvimos que caminar con mucho cuidado. Nos fuimos agachadas para distinguirlos de las piedras y no reventar ninguno. Pero ellos ni siquiera notaron lo ocurrido. Tan extasiados estaban con los rayos selenitas.

- No hagas ruido mami, nos van a descubrir

De película




Dos pelis:

…el film nos cuenta la historia de un matrimonio que tiene una hija de ocho años donde ambos por culpa de su trabajo dedican poco tiempo a su niña y a su propia relación matrimonial. Su hija es cuidada por una inmigrante que, a su vez, está lejos de su familia porque trabaja para mandarle dinero a sus hijos para que puedan estar sanos. Leo, es creador de una página Web de mucho éxito, ha descubierto el mundo del dinero y de las decisiones importantes. Ellen es cirujana de Urgencias y se entrega en cuerpo y alma a su trabajo. La situación hace que Ellen empiece a cuestionarse sus prioridades…

…esta otra nos cuenta la historia de un matrimonio que tiene un hijo de dos años donde ambos por culpa de su trabajo dedican poco tiempo a su niño y a su propia relación matrimonial. Su hijo es cuidado por Bota en la casa de la abuela materna. Bota es la tía de nuestra joven protagonista y no es inmigrante pero vive en la casa de su hermana, en parte porque no le gusta vivir sola, en parte porque ahí cuida del pequeño y al mismo tiempo está cerca de su hija, quien tiene más de treinta y a su vez fue criada parcialmente (desde los 15) en casa de sus tíos, quienes a su vez son padres de nuestra joven protagonista (ouch eso ya lo había dicho). Ella es una importante asistente editorial en una importante editorial donde colabora en importantes libros…ah y se entrega casi en cuerpo y alma a su trabajo. Él es fotógrafo profesional y ha descubierto muchas veces que en el mundo no todo es dinero y lo mucho que cuesta tomar las decisiones más importantes.…

La primera es Mamut, un film que no ha tenido malas críticas, pero tampoco muy buenas, mmm, no deja de ser una crítica al consumismo y la frialdad occidental y a las precariedades que sufren los que menos tienen, aunque se supone que el tema central son las familias, los padres y los hijos, los lazos pues. La fotografía de la portada es conmovedora, también el tráiler, aunque lo vi en español, español de España (una chorrada ya sabeis); por otra parte, protagoniza Gael García y tengo uno que otro prejuicio con ello. Y no diré más porque ni la he visto. Jo!

Como habeis visto si me voy a crítica de cine me muero de hambre porque no se nada de cine, pero yo no iba a eso, sino a lo otro, a la segunda sinopsis. Es que di por casualidad con el tráiler de Mamut y pensé, es cierto: la realidad supera la ficción (mi lugar común favorito) y esa peli se parece harto a la realidad de una amiga mía, de otra amiga mía, de otra amiga mía, de otra … y de otra y a mi propia realidad.

- Lo único que hago es trabajar y trabajar y trabajar siento que nunca estoy en casa, me empiezo a sentir tan inútil, soy la peor madre del mundo...


Es una de las líneas de Ellen en el film dirigido con Lukas Moodysson, pero no es muy diferente a lo que miles de cientos de millones de veces nos hemos planteado las mamis que conozco y yo, en esas largas, desgastadas y siempre reusables conversaciones que solo las mamis podemos tener.

De que hay claras diferencias, entre Mamut y la vida real las hay, porque en Mamut, las necesidades materiales están más que cubiertas, son gente bonita y joven como de treinta y en la cúspide del éxito. En mi película la mayoría somos también gente bonita, ¿porque no decirlo? y treintañeros con uno que otro achaque prematuro, pero harto jóvenes de espíritu al fin y al cabo. Sin embargo, aún somos gente chambiando y haciendo un plan B, C, D, E, F, G, H, I, J, K….. para apurarle el paso a la carrera por eso que dicen que es “la realización” o solo para dejar de gastar tiempo en cosas que en realidad ni nos gusta hacer.

Pero finalmente, como en Mamut, las mamás de esta realidad pasamos horas y horas lejos de los hijos, horas y horas metidas en una oficina, al volante o en el transporte público, en el curso de no se qué, en la maestría no se cuál, en el súper, en reuniones con gente que comparte muy pocas cosas con nosotros, qué se yo.

En realidad, son horas y horas buscando. Buscando lo que necesitamos buscar para luego ver si encontramos la forma de encontrarle forma a esto que es la vida. Y buscando un espacio también para los otros que alguna vez nos habitaron el vientre.

Lo lindo de la realidad real es que nada sucede así de lineal como en las películas, no todo está escrito, uno puede estar en esa cúspide del éxito hoy y mañana quien sabe y viceversa.

Y la verdad es que he escrito esta entrada en tandas y al principio quería ir por hablar de todo el tiempo que nos falta para criar como dios manda a los retoños y al final no se qué me ha salido pero ya no quiero dejar textos mochos en la usb así que, acá va esta botella al mar.

Por cierto, si alguien leyese y quisiese enternecerse con el filme ese, Mamut se estrenó en Estados Unidos en noviembre de 2009 pero en España la pelí llegó a las salas apenas este 6 de junio, así que ni pregunten por México.

Y en lo que a mi respecta, es posible que vaya muy atrasada porque a unos meses de cumplir los treinta, no me siento en la famosa crisis de esa década. Más bien me siento como ya he dicho: “apenas saliendo del cascarón”, desapend…despejandome apenas digo.

martes, 8 de junio de 2010

¿Quién escribe el guión?


Recuerdo esa serie manga que me gustaba tanto a los seis años. En cada capítulo sucedía casi lo mismo que en el anterior pero aún así, la trama avanzaba y mantenía a las niñas y no tan niñas, enganchadas en lo que ocurriría con la protagonista al día siguiente.

Debido a un conflicto legal entre las autoras, la transmisión de la serie está prohibida en todo el mundo desde hace un buen rato, pero hace porco la conseguí completa en cuatro cd’s piratones y muy bien logrados, por el puro gusto de saber porque no quería perderme ni un capitulo y ver si me saboreaba igual aquello.

No volvió a fascinarme, ya no la miré con la inocencia de mis seis años y Fatima con la inocencia de sus seis años me dijo: ¡mamá Candy se la pasa llorando por Anthony y no piensa en otra cosa! Y era verdad. La interminable serie es una autentica ñoñada y tiene hartos elementos de sumisión, machismo, romanticismo barato y demás.

Pero, a veces nos sentamos juntas a recetarnos algunos capítulos y nos gusta que siempre podemos adivinar lo que va a ocurrir, nos da risa como Candy nunca cambia de peinado, el acento argentinillo, los personajes que a veces son dibujos muy feos porque se supone que la protagonista es la más bonita (se supone), y nos hace gracia también que los títulos pueden ser cosas muy insulsas y siempre con la misma cortinilla, cosas como “El capitulo de hoy se titula, Candy vuelve a recordar a Anthony”, “el capitulo de hoy se titula: Candy de nuevo en el hogar de Pony”.

Y bueno el gusto nos dura solo un rato porque así pueden pasar 40 capítulos y la cosa se vuelve interminable (apenas hemos visto un CD). Lo mejor de todo esto es que tenemos un juego nuevo y algunas mañanas cuando despertamos comenzamos a poner titulo a nuestros capítulos igual que en la vida de la rubia pecosa.

Es así que “El capitulo de hoy se titula: Fatima se pone sus calcetas azules”, “el capitulo de hoy se titula, Fatima y su mamá se van muy guapas a la escuela”, “el capitulo de hoy se titula, Fatima y su perro juegan en el jardín”, “el capítulo de hoy se titula, Fatima y su mamá van juntas de campamento”…

Y así, como en el gira gira, carrusel…resulta que Fatima y yo estamos en esta serie hecha de cosas cotidianas y sencillas pero sabrosas para nosotras.

Será por eso que últimamente me preguntan ¿cómo estas? Y yo siempre digo, bien. ¿Cómo te fue?, y yo: bien. Que les digo si no estoy mal, estoy bien, estoy contenta. No pasa nada nuevo, pero estoy bien y al mismo tiempo pasa que la trama va desarrollándose, voy sucediendo.

Y cuando yo pregunto ¿cómo estás tú? Cuéntame, ¿como va todo? En verdad disfruto porque se que habrá historias. Y entonces me entero de que alguien está a punto de casarse, otro se divorcia, a otro le nació el primer hijo y alguien más vive una nueva crisis, alguien pasa por ese momento de pasión loca; hay quienes cambian de religión, o de galán o de galana o de casa o de preferencia sexual.

Y hoy se me ocurre que cada quien debería intentar mirar su momento como parte de una película, que estuviera transcurriendo y es más, como si ya fuera parte del pasado. De esa forma, entender que escribimos el guión.

Tal vez entendiendo eso, sabríamos que nada es para tanto, que nada dura para siempre, que nada es definitivo, que podemos saborear todo, todo, todo porque todo lo que nos sucede es necesario para que venga el siguiente capítulo.

Hubo una época en la que cada vez que me preguntaban yo tenía un emocionante episodio nuevo y la adrenalina de esos años me llenaba de vida. Durante otro cierto tiempo viví la tormenta, la decepción, las pruebas duras pues. De momento corren tiempos muy calmos y no me acomodo demasiado en ellos pero tampoco me incomodan. De momento estoy a gusto como un personaje en la emocionante, imperdible y nunca rosa, serie de Fatima. Estoy segura de que en cualquier momento vendrá un tiempo intenso y me encontrará con los ojos bien abiertos y suficiente energía para vivirlo.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...