martes, 27 de diciembre de 2011

Pedirle al tiempo que vuelva


No hubiera querido nunca que se fuera, lo quería como una loca, pero un día desperté sin saber qué carajo había pasado y tampoco deseaba averiguarlo. Dolía cómo si la noche anterior me hubieran arrancado de tajo una extremidad. Él necesitaba irse para conocerla, para estar mejor talvez y yo necesitaba con urgencia que se fuera para comenzar a reconstruir el alma. Venía pretendiendo reparalo todo para que en su vida sucedieran cosas buenas pero no lo conseguí y además me olvidé de la mía, así que estaba exhausta y él se fue. 

Creo haber sentido que me quedaba vacía, sin nada más para compartirle. Me quedé como extraviada, pero ambos necesitábamos esa ruptura. Luego aprendí que no había quedado mutilada y lo hice tan bien que me sentí cómoda y hasta feliz sin él, feliz conmigo, andando a mi ritmo, moviéndome en mi espacio, dueña de mi tiempo, mis recursos, mi silencio y mis historias. 

Ahora, porque así le corresponde y está dispuesto, él permanece para la Guerrera. De ese modo, incursiona al mismo tiempo en mis días, pero de una forma distinta, como salido de una máquina del tiempo. 

Al estar cercanos he visto con claridad cómo aparece esa atmosfera, densa como gel, ligera como hojas secas, que lo envuelve todo. Se respira entonces familiaridad, pertenencia. Estar ya no es molesto, ya no enfurece, ya no es un flagelo, es quitarse unos incómodos zapatos y ponerse un par que se ha tenido por mucho tiempo y le viene muy bien a los pies de uno. Es bueno tenerlos solo que no nos pertenecen. 

Hablo de cotidianeidades, de que lo miro, me observo y casi podría jurar que nos pasa igual, que me extraña y lo extraño yo, pero está prohibido decirlo y ninguno de los dos lo hará porque no deseamos equivocar ni alterar el orden actual de las cosas. Ambos sabemos que existe ese límite y que no vale pedirle al tiempo que vuelva, por el bien de los tres. 

No sé y jamás me atrevería a preguntarle si aun está con ella o con alguien más, no haría diferencia saberlo, pero nunca ha dejado de intrigarme cómo es darle un borrón a todo, así nada más, desprenderte de pronto de alguien junto a quien dormías, comías, te lavabas los dientes, hacías las cosas más simples y también las más imposibles, jugar a adivinarse el pensamiento, las ganas y los sueños, cómo es olvidarse de que reconocías sus pasos tras la puerta y su sonido al preparar las llaves para entrar a casa…a casa. ¿Cómo se hace para desaprender el aroma en su ropa, en su piel y en un instante amar el de alguien muy distinto?, ¿cómo sustituyes? Me intriga saber si es posible y si lo hizo así. 

Un día todo eso parece un distante espejismo y de pronto estás frente a alguien con quien ya no tienes nada que ver, nada y todo a la vez, complicidad añejada, dejavú adivinado, y surge una sensación de estar hablando en el mismo volumen, en una misma sintonía, de poseer secretos del pasado y el futuro que nadie más comprendería. 

Ahora esa sensación es agradable pero en otro tiempo fue precisamente ese cotidiano lo que se saboreamos como rutina, en soga que apretaba los ojos y nos mutaba en terible versión de  nosotros , me paralizó a mí y lo hizo a él salir corriendo, detrás de no sé qué o de no sé quién. 

Ya pasó el tiempo y cada uno escribe, en diferente tinta, una diferente historia. A la par abrigamos los días de la Guerrera y nos sabe bien. Yo todavía no se qué es lo que busco y él…no tengo noticias de lo que le ocurre en ese plano. Sin dejar de quererle y estarle agradecida afirmo que no anhelo revertir nada. Me atrevo a decir que valió la pena que todo sucediera como sucedió.

martes, 13 de diciembre de 2011

Ganas de...


Escucho otra vez. La misma canción.
No hay nada nuevo en la calle,
estoy pensando en fugarme.
No he hecho ninguna maleta,
mi equipaje siempre son propuestas,
y mis zapatitos, por si me meto en una fiesta.


Tenía tres años, no hacía mucho que había aprendido a hablar, caminar e ir sola al baño aunque por mi estatura esto fuera complicado. Con todo, la primera vez que tuve conciencia de un sentimiento de no encajar, de estar en un sitio que no era el mío, de recibir siempre lo inmerecido, envolví en su mantita a mi muñeca y puse otros juguetes queridos en una bolsa grande. Sin más provisiones, dejé atrás la puerta y me encaminé hacia mi nueva vida. No llegué muy lejos. Mi abuela y mis tías me alcanzaron. Tan chiquita, caminando a unas cuantas cuadras de casa, con una bolsa que medía casi lo mismo que yo y mi suetercito tejido, fui retenida y convencida de que ¿cómo se me ocurría?, ¿a dónde iría?, ¿quién me iba a acoger de la misma manera que ellas?, no sobreviviría sola. Normal, en aquél entonces. Pero muchos años después, miro la puerta abierta, preparo el vuelo y una vez fuera, con el terreno listo para desplegar las alas, me detengo a poca distancia para retornar sobre mis pasos y no abandonar la protección que me ha brindado siempre ese entramado familiar. Esta vez no llevo una muñeca en mi regazo, es una excepcional muchachita de ocho años, a la que abrigo, proveo y procuro. Quise mostrarle que era posible, que nos bastábamos solas y que ahí afuera no había tanto que temer. Otra vez, no lo logré. Otra vez fui alcanzada por los brazos protectores de esas mujeres, otra vez los temores. Hace la diferencia el hecho de que ahora ahora la responsabilidad es toda mía. Otra vez.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Queseso de tuiter?



Tengo el habito de platicar con los taxistas, y dios y las personas que me conocen saben que soy asidua cliente de los taxis. Esto de platicar con ellos a veces es entretenido, nostálgico, a veces da sorpresas, unos resultan ser personas de las que aprendo mucho. Esta vez… esta vez no se que decir. 

Me animé a comentar con el hombre al volante el tropiezo de Enrique Peña Nieto en la FIL porque  hablabamos en el camino de que las obras del Mexibus están detenidas a falta de presupuesto, lo percibí medianamente informado, en general, los transportistas del Estado de México están al tanto de las cosas que pasan con los políticos, de los estatales al menos porque sus dirigentes los mantienen informados, ya que puede que les convenga o no, apoyarlos o no. Dijo que se hablaba de fuga de ese presupuesto a la campaña del Peña Nieto por la presidencia. Noté poca simpatía hacía el copete más lustrado del momento y hablé entonces de los libros que Enriquito no había podido mencionar, en la rueda de prensa, que ninguno ha marcado su vida así tanto como la Gaviota pues, le comenté de los autores que había confundido, el desprecio que la hija retuiteó hacía la “prole” y todo lo demás pero…


Es que casi no veo televisión, sabe, me la paso aquí en el carro, más en estas fechas, hay que darle doble para los gastos que vienen, ya sabe, cenas , reyes, regalos, ¡uff!.

Pero que vamos a criticarle si, en este país ¿cuánta gente lee?, ¿no dicen que no leemos?, ora si que lance la primera piedra el que este libre de pecado ¿no cree?

¿En serio?, ¿eso dijo la hija? Jajaja bueno ya se sabe que eso es lo que piensan de nosotros, no es algo nuevo, oiga pero ¿qué es eso de twiter?


Joder! que de esto casi no se habló en televisión, que si hay mucho que criticarle, que si es grave y es más grave lo que dijo la niña Peña Pretelini, y que yo si leo ¿sabe?, que eso de que el mexicano no lee para mi es más cliché, de lo que se piensa, joder! 
No se si esta noche pueda seguir creyendo que la revelada falta de cultura, de capacidad, de  tacto, de todo lo deseable en un futuro presidente le va a restar muchos votos a Peña Nieto. Quizá, no pase nada. ¿Y si no pasa nada?

lunes, 28 de noviembre de 2011

¿Te conozco?



Hasta mañana Fulanita, nos vemos mañana Menganita, que descanses Zutanita, (……………). Esa pausa la hace frente a mí y omite el “hasta mañana”, la risita nerviosa, el besito en la mejilla y todas las demás efusivas muestras de camaradería que el protocolo marca entre los compañeros de trabajo. Este colega hace lo mismo todos los días pero ni siquiera puedo decir que sea grosero, él simplemente hace como que no me ve y eso que hemos comido juntos en ocasiones y en otras hasta hemos dicho salú con cheve en mano. No es que yo muerda y me parce que tampoco apesto. Lo que si he comprobado en esté ambiente de oficina es que si no ostentas un cargo arriba de asistente, no tienes un beun “outfit”, como dice ahora la gente nais, puedes no ser merecedor de la simpatía de algunos. Ese, entre otros detalles tiene la gente de por aquí. En general son seres humanos comunes y corrientes, en general son agradables pero con esas maneras extrañas que a veces no entiendo. A veces pienso que de seguro también yo tengo modos que ellos no entienden, pero en mi pueblo la gente se saluda y se despide si se conoce y aquí no; de donde vengo puedes simpatizar o no pero no pierdes la cortesía. Aquí puedes bailar y compartir chelas en la fiestecita del viernes con ellos, pero el lunes en la oficina ya no te conocerán o pueden ser muy amables y hasta mostrarse afectuosos en las horas laborales, pero afuera si te ven, no se acuerdan. Hasta ahora no me he ofendido más de la cuenta con esto, solo he quedado como babosa en la calle en un par de ocasiones al saludar y quedarme sin respuesta, je! Pero sigo solo observando, finalmente todos somos un poco bichos raros pero unos más bichos que otros ¡jo! O como dice mi querido Minino: “tú estás loca, yo estoy loco, todos aquí estamos locos…si no lo estuvieras, no estarías aquí”.

jueves, 24 de noviembre de 2011

La zona de confort



El éxito es lo que se hace en silencio día a día, sin testigos, sin música, sin parfernalia.

A veces decimos cosas creyendo que se las decimos a los otros cuando en realidad, hablamos hacia nuestro adentro, pero en voz alta. Así que espero no tocar ninguna susceptibilidad, escribo esto solo porque me vinieron algunas ideas que creo vale la pena recordarme a mi misma de vez en cuando.

Digo esto porque hace tiempo un señor x me hizo pensar en mi zona de confort. En aquél momento me encabroné. Él se refería a que trabajo y encargo a mi hija, luego entonces, según él, me realizo como mujer trabajadora y enaltecida de ego por ser feminista y proveedora y entretanto alguien cuida a mi hija, cosa que debería hacer yo y solo yo, sin ayuda de nadie.

Aquello me hizo mella y me pregunté: ¿zona de confort?, ¿cuál es esa? Si mi vida no es cómoda, si dejar a Fatima al cuidado de alguien más para ir a trabajar y que esto represente un significativo desembolso para pasajes y hartas horas en transporte público no es cómodo. Si no es cómodo cuando me echan en cara esa ayuda para el cuidado de mi hija, lo que, ciertamente, solo es responsabilidad mía, si no hay comodidad en recortar los gastos superfluos para solventar lo importante, si no es para nada cómodo eso y aquello que yo hago. Y así, vomité y vomité mi caldo viceral durante algún tiempo.

Desde entonces este concepto de zona de confort, me resulta interesante y paradójico. Para empezar es algo muy, muy subjetivo, eso está visto. Otra cosa que he pensado es que zona de confort no es lo mismo que comodidad. Así que, visto así, aquél señor x tenía un montón de razón. 

Zona de confort es hacer lo que sé hacer sin arriesgarme a hacerlo diferente. Y aquí viene la parte interesante y que me da vueltas en la cabeza porque uno va siempre queriendo abandonar la Zona de confort creyendo que busca lograr un estado de mayor comodidad que el actual y sin embargo nadie ha alcanzado el éxito desde la comodidad (sea lo que sea que para cada quien signifique éxito, otro concepto muy subjetivo).

En honor a esto diré que al recorrer la lista de personas que admiro, constato que ninguna de ellas tuvo una vida cómoda. Así que, creo que abandonar una zona de confort puede significar dejar de hacer algo que es per se incomodo, para lograr un mejor estado de vida.

Nadie afirmaría que pedir limosna es cómodo y si le dijéramos a un limosnero que vive en una zona de confort, con seguridad nos mentaría la madre pero es una zona de confort si la persona que lo hace tiene manos y pies con los que podría trabajar y simplemente no se arriesga a hacerlo porque está acostumbrado a pedir.

Hasta aquí creo que no me he perdido: zona de confort no es lo mismo que comodidad.

Lo siguiente es que mi muy personal credo dicta que comodidad es un estado pero no un fin y que felicidad es búsqueda aprendizaje y crecimiento personal, y ambas cosas sólo se producen fuera de esa zona de confort.

Y conste que dije búsqueda y no logro de. Dicen que el crecimiento personal es una de las mayores fuentes de satisfacción personal, esto para algunos puede ser palabrería y no más y está bien porque también es bien valido tener otras perspectivas de lo que significa crecer, vivir.

Pero para quienes creen en el crecimiento personal, hay que saber que crecer no es algo que ocurra así como así y solo con desearlo, es algo por lo que se trabaja a cada momento aunque eso signifique dejar de estar cómodos, a salvo de esfuerzo, de compromiso. Y eso si que cuesta.

Esto es lo contradictorio: para lograr bienestar y satisfacción es necesario exponernos a la incomodidad, mientras que si nos quedamos cómodos y con cosas aseguradas solo lograremos sentirnos frustrados en cuando la situación se modifique, aunque sea un poco. Si, de personas frustradas está lleno el mundo ¿no es así?

Ahora mismo es momento de registrar en esta bitácora que me toca mudarme, que mi madre se ha encabronado porque establezco límites y esa “ayuda” que se me venía proporcionando ha sido retirada y todo lo que siento es alivio porque la comodidad puede ser bastante incomoda también. Y un mayor esfuerzo me promete un siguiente paso en mi crecimiento. ¡Welcome! Eso se llama desprendimiento, me dijo Ulises.

Vamos, que donde es cómodo para mí ahora, deja de ser mi zona de confort, me mudo a una nueva zona de confort, un mejor estado de vida y de ese abandono constante de zonas de confort, no es otra cosa que de lo que se trata vivir. Si eso nos enoja, si nos encontramos frente a algo que incomoda es porque anterior a ese acontecimiento veníamos sintiendonos a salvo de nuestros miedos. Dicho de otro modo, la zona de confort no es mala, de hecho me parece que existe una zona de confort ideal, aquella que me permita sentirme bien, sin impedirme crecer, evolucionar. Aún la estoy buscando por cierto.  

Puede ser palabrería o visto de otro modo, la materia prima con la que me estoy forjando, convicciones. Mark Twain lo habría resumido así:

Dentro de veinte años estarás más decepcionado por las cosas que no hiciste que por las que hiciste.
Así que suelta las amarras.
Navega lejos del puerto seguro.
Atrapa los vientos favorables en tus velas.
Explora. Sueña. Descubre.

viernes, 18 de noviembre de 2011

toc toc



No sé si estoy despierto o tengo los ojos abiertos
Andres Calamaro

Algo está mal. Algo anda mal allá arriba. ¿Quién anda ahí? ¡Lo que me faltaba! Que me patean el piso de arriba o será una gotera o algo así muy escandaloso. Y creo que no se lo dije a Ulises, me pareció el punto menos importante. Él habría sabido qué decirme, o quizá no, pero al menos me habría sentido aliviada al compartirlo con él.
.
..
….
…..
……
Toc toc. Ya lo ves, así es como pasa, de pronto estoy editando este bloque y cuando veo ya me fui. Y lo peor es que me voy a ningún lado. Ando dispersa hace ya varios días. Lo se porque  se que esto no importa tanto, que es parte de... y blablabla... pero lo se porque  de pronto ya no estoy en la conversación, porque mientras mi jefa me cuenta de qué van las monerías de su pequeña mis ojos ya están borrosos, soñando otra vez y porque esas letras en la mac de pronto dejan de tener sentido. Daría igual si viera ese archivo o un texto en sanscrito o en chino mandarín, igual ninguno se transformaría en el libro de texto que se supone debía entregar esta semana. Me obligo a recordar que estoy aquí y porqué estoy aquí pero resulta que a veces el ventanal es más fuerte (un segundo, las oficinas no deberían tener ventanales), como decía, que me salen alas y me voy, me voooy, me voooooooy.

Ya lo se, ya lo se. No está bien, Debería poner el corazón en el trabajo, en todo lo que hago, pero ¿y si necesito el corazón para otra cosa? Algo está mal. Algo anda mal allá arriba. Debo subir a revisar esa gotera. Ha de ser macanuda porque se han fugado ya muchas horas de productividad por ahí. Es que se me va volando la sesudez yo creo a buscar eso que necesita que le ponga el corazón.   

Nota: escrito a las 8:53 desde una oficina en la cola del mundo, cuando ya todos se largaron a su viernes social, chateo con la Guerrera que ya me quiere de vuelta y aún no termino ese jodido bloque.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Propuesta


Propongo que propongamos a Elbita para ocupar la Secretaría de Gobernación. ¿Otra cosita? ¡si! asegurense de que le proporcionen medios de transporte aereos ¡je!

jueves, 10 de noviembre de 2011

Nos gusta La ley y el orden


Anoche me confesó que antes de que yo regrese del trabajo mira con mi abuela La ley y el orden, una serie gringa de crimen, acción policíaca, detectives y todo eso que adereza ese tipo de programas. A mí, esa serie me encanta, pero no me encantó que a ella le encantara porque tiene ocho años!! (ella, no la serie).
Y ahi estaba, contandome que la detective Olivia habia dejado un poco de adn en la escena del crimen y que su colega, Elliot (que es tan guapo) intenta ayudarla, pero que el agente que es morenito...

- ¿cómo se llama el morenito mami?
- no lo recuerdo nena,
- yo tampoco, pero si me sé su nombre de la vida real
- ¿y eso?
- lo que más me gusta del programa es la musiquita del final y ahi es cuando dicen: con la actuación de...

Aahh bueno, me empezaba a creer que lo que disfrutaba era ver los crímenes y las intrincadas tramas de la serie.

A que es guapo el Elliot!




miércoles, 9 de noviembre de 2011

Mi maldición particular




Yo quería ponerlos ahí en mi estante como trofeos, así como hacen muchos de ellos con nosotras, con sus conquistas, ¿por qué no iba a hacerlo yo con las mías? Después de todo, ahora era una mujer libre, disipada, autosuficiente. Podía ir por la vida con mi soltería en restauración ahora que él había decidido que cinco años viviendo juntos no valían la pena como para renovar el contrato por al menos otros cinco.

Pues bien, no me quedé de piernas cruzadas y me fui a conseguir ejercicios de mantenimiento y acondicionamiento físico, me fui a entrenar el alma para acorazarse a prueba de hormonas y calentamientos globales y creí que en el camino encontraría sano placer y esparcimiento y quizá, solo tal vez, hallaría un sitio al que se me permitiera regresar de vez en cuando, cuando tuviera frío, algo que contar, un lugar reconocible, un refugio.

Y si, fue divertido, fue espeluznantemente placentero abrir la caja de las diversiones que están prohibidas para las damas decentes. Aprendí que ninguna etiqueta me define, que podía ser un poco nómada, jugar un poco el juego de simular. Ninguno de ellos iba a quedarse así que no había que conservar datos personales. Recuerdo a un bonachón, a un moreno musculoso, un alto y delgado de finísimos modales, un divertido punketero divorciado…mejor omitimos la lista y los detalles. Puede que solo sea digno de recordar el señor R, quien estuvo a punto de entrar.

El señor R no llegó como los otros, el no parecía buscar nada y yo no lo encontré mientras buscaba nada tampoco. Sólo dejamos que las situaciones se presentaran. Digamos que eliminé aranceles cuando él se presentó y casi me sucede. Un poco más de familiaridad y no la contamos. Estaba a punto de bajar la guardia por completo cuando muy a tiempo mi maldición particular hizo efecto sobre las cosas con el señor R.

Y es que él tuvo que hacer un viaje corto de trabajo. Al volver me citó y me dijo casi agradeciéndome que había sido mejor no ir más lejos antes de ese viaje porque durante este, conoció los ojos más bellos del mundo. Casi me contó extasiado la historia del encuentro con ella. Bien, no era la primera vez y me retiré.

Esa es mi maldición personal: ser un amuleto. Me conocen y al poco tiempo aparece la mujer de su vida. La de Enrique se tardó cinco años pero igual, él la encontró tras conocerme a mí y se enamoró de ella y siguen juntos hasta donde sé.

Y así podría contar la anécdota de cada uno de ellos. El punketero regresó con su exmujer, el musculoso, a los dos o tres meses ya tenía novia y dijo que eso no era impedimento para seguir viéndonos pero no iba conmigo y me alejé. Y así, muchos otros tropezaron conmigo y despues con el amor. Y yo poco a poco me aleje de ese divertimento que dejé de encontrar tan divertido.

Había olvidado la anatema de mi destino y estaba muy agusto, instalada en mi amplia y cómoda solitud, pero justo ayer uno de aquellos me buscó solo para restregarme que tras dejar de vernos conoció a una guapa alemana y lo felices que eran, están a punto de vivir juntos. Ahora tengo un dilema, ¿debería contarle eso a mi terapeuta y trabajar en romper el esquema o comienzo a ofrecer mis servicios como amuleto del amorss?

lunes, 7 de noviembre de 2011

Hombres, escasos hombres




Mi amiga Violeta y yo nos encontramos después de varios años. En el messenger pero nos encontramos. 

Entonces yo era una señora casada y ella una chica que no creía en el amor. Yo ahora soy una mujer divorciada y ella una chica que cree y espera el amor. Ella me decía siempre que no existían los hombres fieles, lo recordamos ahora y reímos porque ya se sabe lo ojete que fue Enrique. Bueno, lo medito mejor y digo que pensándolo bien Enrique si fue muy fiel pero solo hasta que comenzó a ser infiel. 

Yo ahora todavía no defino qué quiero en materia de aparejamientos y ella anda estrenando novio. Me dice que “a ver que sale” y yo digo que es de lujo que lo tenga y que lo disfrute porque andan muy escasos. Eso de los galanes, hoy en día es como ir al programa de Chabelo: mejor agarras lo que hay porque no sabes si lo catafixias y te dan gansito. Ja! 

Confesión

La Muerte me enseñó que no se muere de amor, se vive de amor. 
Juan Gelman. 


Necesito confesarte algo, lanzar las palabras, explicarme aunque no entiendas, decirte aunque no te enteres, saber aunque ya no importe: Logré olvidar cuánto dolió, ya no eres lo que fuiste pero te extraño cuando estás aquí. Pájaros hechos de recuerdos se estrellan contra mis cristales y nublan la visión. Si ocupas tu debida ausencia, en cambio, me resulta sencillo cruzar el portal y volver. 

Pero estás, no puedo borrarte de la historia no lo deseo, no tengo el derecho; tampoco tu lo hiciste, nunca te has ido, no deberías; la historia no nos pertenece a nosotros tan solo. 

Antes no me he equivocado ¿porqué ahora lo haría? Algo me dice que te pasa igual, pero no descifro si eres conciente de ello o te acercas más de lo debido más por instinto que por malicia. Sin evaluar el daño ni el bien causado, traes como bumerang rabioso resabios de esos días. 

Hablamos y al hacerlo nos miramos pero no hay reflejo tuyo en mis  pupilas y no hay lugar para mi en las tuyas, nos olvidamos de pronunciar nuestros nombres. 

¿Qué viajero del tiempo alteró el orden de las cosas?, me pregunto a veces y otras como ahora, clamo a todo principio de realidad y concluyo que eres solo el perfecto pretexto para recordarme que algo siento, que la carne dentro del caparazón palpita. 

Tu voz, no la reconozco, mi tacto te está vetado. Difuminado en algún sitio de mi sala, observas un episodio de mi día, adivino. Pero no te percibo, estás ahí pero tan lejos. Y sin embargo, existe el eterno vínculo de vida que propiciamos una noche de noviembre.

No voy a interceder por mi, no voy a accionar nada, esta vez decido no decidir nada. Me arriesgué, me equivoqué y aprendí. Es así como en realidad debe suceder siempre. Cállate razón.

lunes, 31 de octubre de 2011

Mi madre y yo


Sus delgadas y no tan largas pero atractivas piernas lucen medias, tacones y una minifalda; puede ser que este día elija una blusa negra o un suéter rojo de punto. No hay canas ni tintes, no hay arrugas que revelen que este mes cumplió 51. 

Cada día se complace escuchando a quienes le dicen que se ve mucho más joven y que no es posible que tenga una hija de 30 años. Es mi madre. Habíamos pasado mucho tiempo sin hablarnos ni convivir hasta que él se fue y necesité que alguien contara mis lagrimas y pernoctara hilvanando lamentos junto a mí mientras yo buscaba un cómo, un porqué. Al mismo tiempo ella se despidió de una añejo y maltrecho malamor

Unos meses después yo juraba estar lamiendo mis heridas y ella estrenaba salidas, con el señor X, llamadas nocturnas, mensajitos, regalos y visitas a su oficina. Me recetó su remedio, ya saben, "un clavo saca a otro clavo...", pero yo no, no va conmigo. La vi perder unas tallas y ponerse guapa como cuando yo tenía seis porque eso pasa cuando uno anda con las mariposas en la panza, se pone una guapa. 

Ya pasaron unos años y mi madre no desenreda más mi cabello por las noches mientras lloro abrazada a la almohada, aunque lo intenta, ya le he pedido que no me haga tanta sombra porque debo crecer; necesito mi espacio, le digo muchas veces y malagradezco sus cientos de llamadas que son para saber cómo estoy y yo le digo siempre que estoy muy bien que nada nuevo pasa, que me hago cargo de mí, de mi hija, de mi trabajo, del perro grande, del perro chico, que yo me hago cargo, que nada nuevo ha pasado, y que no estoy sola, que estoy conmigo, le aclaro y me ufano. 

Esa mujer, a menudo es más inquieta de lo que puedo aceptar en una persona cercana a mí,  pero algunos días me llama también porque está llorosa y necesita que los papeles se inviertan, me ha dicho, que la consuele yo, que la sostenga. Me he declarado incapaz, no he podido con eso. La escucho y estoy, intento ser solo hija, nada más. Entonces ella saca su maquillaje y su gran letrero de "no me interesa, yo puedo". Y sigue.

Otra vez,  quejosa, lamenta que los años pasen y que ahora el señor X, invite a otra. Pero al día siguiente, el señor Z le ha pedido una oportunidad de salir, "se me declararon", me dijo. Ella se sintió deseada y feliz pero dijo que no, solo porque está ocupada con su cambio de área de trabajo, cambio de amistades, emprender un negocio, estudiar en sistema abierto. Se le han metido esas cosas en la cabeza y ahora dice que no lamenta para nada que los años pasen, que se siente muy bien. 

Ella y yo somos muy distintas, ella corre y yo siempre voy parsimoniosa. A veces es como si yo siguiera bajo las cobijas espiándola mientras se pone las medias, el polvo de arroz y se acicala el cabello, soy esa niña pequeña que la mira preparándose para la fiesta de viernes por la noche o el fin de semana en un balneario al que porsupuesto, no me llevará porque ese es su espacio de mujer no de madre. Yo me quedaré bajo la cobija a jugar en ciudades imaginarias, a que soy un gato que ronronea o un delfín en las profundidades marinas. Ese es mi espacio.

martes, 18 de octubre de 2011

Volver a quererse


Ella despertó un dia de estos y dijo: soñé que mi papá y tu volvían a quererse. Eso no puede ser, porque nunca dejamos de querernos. Pero a él le gusta su casa y a mi me gusta la mía.

Yo, armadillo




Me pongo un caparazón duro, muy duro. No quiero que nada me vuelva a doler.

miércoles, 12 de octubre de 2011

México competitivo

México es...

  • Primer lugar mundial en intercambio de archivos digitales con contenido pornográfico infantil. 
  • Segundo lugar mundial en producción de pornografía infantil. 
  • Primer lugar en el continente americano en turismo sexual infantil. 
  • Tercer lugar mundial en trata de personas con fines sexuales.

Pausa

 Son casi las once. La lluvia, la fila en el súper, un retraso en el metro, o lo que sea, me retrasó otra vez y ella ya está dormida. La beso largamente. Huele, como siempre, a juegos y a galletas dulces. En el jardín, los perros me esperan. Deseaban escuchar el amoroso sonido de las croquetas en los tazones de aluminio y una palmadita en la cabeza. Mañana, me digo, mañana llegaré más temprano. Hace frío.

martes, 11 de octubre de 2011

La gente no cambia... los genes no engañan



...son asuntos de familia que no se pueden tratar...

Reforma amorosa

No se qué tenía la leche esta mañana o si me pasé de prozac pero estaba contenta pensando que el amor existe y que no debería tener fecha de caducidad y que quienes se unen lo hacen por motivos tan poderosos que en realidad no tienen verdaderas razones para separarse y que jamás deberían hacerlo. Pero viene este cuate y me tumba el castillo rosa y me dice que vive con su esposa como siempre y que si, que la quiere pero que no la ama. ¡Shaaa! Y encima del tinglado me apunta que tan la tiene, (la fecha de caducidad), que algún simpático ya está pensando en una iniciativa para que los matrimonios sean como contratos (¿no ha sido así siempre?). Sí, pero “se harían matrimonios por dos años, al termino de ese tiempo cada uno es libre de hacer lo que quiera o de renovar”. ¿Renovar?, ¿eso se puede? Ya no me siento tan feliz. 
Bien entonces se me ocurre que el matrimonio debería estar prohibido y también vivir en pareja y enamorarse. Prohibir el amor. Ese sería el remedio. Y entonces vendría la revolución de los amorosos. Y los verdaderos amantes se aferrarían a encontrarse mientras que los mediocres del amor se quedarían al margen de estos asuntos y ya no estorbarían con sus molestas infidelidades y sus egos y sus rutinas y sus pretextos para matar al inocente amor. Amén

viernes, 7 de octubre de 2011


Mañana esa chica volverá a recorrer el pasillo con el mismo propósito: eliminar las rayas negras que dejan en el piso los tacones de las señoritas de esta oficina durante la jornada. Se encorva durante horas tallando con fuerza sobre esas molestas rayas. La miro alejarse sin levantar la mirada. Detras de la mac ya solo alcanzo a ver su cabello obscuro, lacio y sin gracia. Mañana volverá a pasar por aquí con su cepillito y su escoba. O quizá no, quizas no regrese y nadie más lo note. Será otra chica la que recorra el pasillo con la mirada fija en las rayas que desaparecen lentamente, neciamente, solo para volver a aparecer una vez que ella se halla ido.

sonrisas


De chica sonreía muy poco en público era una de esas niñas de las que la gente decía:  ¡qué bonita niña! ¡tan seria! ¡tan bien portada! En primaria la maestra dijo que era autista pero nada de eso, en casa era hasta parlanchina. Muchos años de mi vida me costó trabajo soneir. Hace poco tuve parálisis de bell y supé cuánto apreciaba ese sencillo y cotidiano acto: sonreir. Durante algunas semanas no pude hacerlo y sin embargo, me reía de la enfermedad y de todo lo que pasaba alrededor esos días. Me recuperé pronto. Aún hay millones de motivos para sonreir y es lo primero que hago cada día. ¡Lo prometo!

con mucho pasado y más por venir

"Las mujeres con pasado y los hombres con futuro son las personas más interesantes”

Chavela Vargas

... y coincidir


El destino se nos presenta en cualquier persona con la que nos relacionamos. Cada una de estas personas se convierte en destino para nosotros -y nosotros, en destino para ellas- Por tanto, el amor al destino significa amar tanto al destino que se me presenta en el otro -que me enriquece, me desafía y también me golpea a través de él- y, muchas veces, también golpea al otro a través de mí. De este modo, todo encuentro con otras personas se convierte en más que un mero encuentro entre ellas y yo. Se convierte en un encuentro de destinos que actúan detrás del otro y de mí. Pueden ser destinos gozosos o dolorosos; pueden estar al servicio del crecimiento o de la limitación, dando o arrebatando la vida. Así pues, el amor al destino es el amor último, que exige lo último de lo último y toma lo último. En él nos superamos. [...] 
Los Ordenes de la Ayuda. 
Bert Hellinger 

Nacimos solos, moriremos solos pero estamos condenados al deseo de ir acompañados. Nuestro destino se va tejiendo con los hilos que nos encuentran y nos desencuentran. Vamos descartando a unos y seleccionando a otros, no desinteresadamente. Pedimos escucha o conversación, aceptación, instantes, compañía. Y aun así luego resulta que no cualquiera es merecedor de la etiqueta de amigo, requisitamos al menos, coincidir. Alguien puede ser menos o más selectivo pero todos, todos piden algo y tienen un secreto interés cuando se acercan a nosotros. No es que esto sea bueno o malo. El punto es que en esa labor vamos cosechando experiencias, anécdotas, recuerdos. La cosa es saber cuándo habremos de cortar la raíz de una relación, y dar la vuelta. Llegado el momento veremos señales de que una de las  plantas no está dando más los frutos adecuados. Podemos dejarla en el huerto y será planta de sombra para recordar cosechas pasadas, pero hay que saber que algunas pueden convertirse en maleza y echar a perder el retoño de otras semillas. 

Nadie sabe de qué manera habrá de llegar su hora, si serena, durante el sueño, apacible o trágica, agonizante, angustiosa, de espanto, si tendrá oportunidad de un adios… pero habrá una última fracción de tiempo, ese instante en que nos será concedido hacer el inventario y constatar que no importa cuánto hallamos acumulado, todo se quedará aquí; no importará el prestigio, la experiencia, el placer, los actos heroicos, el conocimiento, el talento, nada por lo que hallamos luchado en vida si no podemos partir con la gozosa experiencia de llevar un equipaje de afectos, sinceridades, coincidencias, encuentros, desencuentros, esas cosas que sí son importantes. Sin olvidar que es necesario cerrar ciclos y sin embargo, como apunta Hellinger, es cierto, todo encuentro es destino.

Aunque hoy, cuestiono mi capacidad para mirarlas o para dejarlas pasar de largo (porque obviamente, no soy infalible), habré de llevarlos en mi equipaje, harán la diferencia en la balanza, serán lo único que permanezca tatuado en el alma.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

paren de sufrir



Que cosas. Mi amigo aceptó ese trabajo en enero, todavia no se acostumbra a al distancia, a estar lejos de la familia, yo le digo que no había salido del cascarón y todo se le juntó: haberse casado, haberse ido a provincia y ahora extraña a los papás, a los hermanos. Particularmente hoy estaba muy decaido y su nick en el mesenger era algo asi como: !hermanos, los extraño, tanto!

Y ella, bueno a ella le han dicho que un alto porcentaje de sus post en el feisbu son quejosos o sufridores e incluso agobiantes para quienes los leen. Y el post de hoy era: !extraño mi i phone!

Asé es la vida señores tanto sure uno como sufre el otro, todos necesitamos sufrir por algo o por alguien, es ese un propósito en la vida, jajajajaja hoy sufro porque me comí esos indecentes chocorroles y alguien sufre porque no tuvo para comer... y tú ¿por qué sufres?




lunes, 26 de septiembre de 2011

Enamorada y Mutilada

Mi amiga está enamorada. No tengo razones para dudar de su palabra. Yo, he pasado todo el día escuchando musica que me recuerde de qué va ese asunto. "¿Y qué se siente?", le pregunto, "¡Es algo que se siente aquí!", me dice con una de sus sonrisas tornasoladas y casi levanta el vuelo, luego regresa a la conversación y me cuenta que se llama ......., que le preparó el desayuno, que no paraba de mirarla en la reunión del sábado, donde por cierto lo conocieron todos sus amigos; me dice que son almas gemelas y que sin embargo, eso no impedirá que deban separarse, como ya estaba previsto,  en los proximos días, tal vez para siempre. ¡Fuck! (hasta suena a novela con corazón ¿qué no?) pero, ¡hey! esta vez no siento el impulso de agacharme a recoger pedacitos de su corazón roto, esta vez ningún pendejo funcional la ha dejado malherida, esta vez su corazón es un músculo fuerte que galopa estrepitosamente, sacude el edificio y amenaza con hacerlo estallar de un momento a otro. Y me encanta que sea así. Estoy feliz de ver a mi amiga en ese maravilloso estado y es màs, yo que ella no lo dejaba ir o me iba tras él, pero verla, escucharla e intentar sentirla, me ha puesto a mi en este otro estado.  ¿Y cómo es eso?, ¿qué se siente?... creo que aún me siento mutilada... 

Nunca volverá jamás a pisar un escenario 
Lo verá, si es que lo ve siempre desde la platea 
Como un sueño inalcanzable 
Como la luna llena 

No es lo mismo enamorarse de la vida o de una misma, o de tantas cosas, que embriagarse de ese coctel de sensaciones que es enamorarse de un "otro", no lo es, digo yo.

jueves, 22 de septiembre de 2011

familia funcional, familia disfuncional


Once de la noche, le marco para saber si mañana estará aquí temprano con ella ya que no la enviaré a la escuela, le duele la barriga y ha estado vomitando y él es su papá y puede cuidarla ¿qué no?

Ocho de la mañana, él me llama para saber si también estaré en el festival. Ya no somos pareja pero igual aparecemos juntos en el patio de la escuela para comer con ella en la kermes y aplaudir juntos en el numero donde nuestra hija participa.

En otra ocasión, los tres aparecemos paseando por la plaza, invitándonos un helado, mirando la cartelera del cine, y otras de esas cosas que hacen las familias convencionales, pero no lo somos.

La verdad es que ni él piensa en regresar, ni yo pienso en que regrese, y Faty, no, yo creo que ya quedó atrás el tiempo de la fantasía de que sus papás volvían a vivir juntos. Ella también sabe que eso no sucederá. Tampoco es que hagamos estas cosas con esa nostalgia ni es que yo escribo esto por esa razón.

Es por tomar nota de que soy de esa generación de mujeres que dejaron atrás el rompimiento a la antigua, el simple y llano truene, al estilo de “cortón de raíz y a vivir en la disfuncionalidad”.

Puede ser que aún no sea una cuestión general pero me atrevo a decir que la sociedad ya no tolera esa estructura, precisamente porque las personas rehusamos quedarnos sin estructura.

Es cierto que a hombres y mujeres nos cuesta cada vez más trabajo establecer acuerdos para vivir en pareja en un mundo que ofrece tantas posibilidades de vivir de tan distintas maneras, de crecer en tan distintos procesos.

El punto es que hoy, muchos y muchas que nos aventuramos una vez a vivir en pares y procreamos, nos separamos, sí, pero de un momento a otro volteamos a replantearnos la posibilidad de convivir y mirarnos con respeto o cuando menos con tolerancia a fin de seguir funcionando como familia aún sin permanecer en el mismo espacio físico.

No soy la única que vive la separación así. Conozco a otro puñado de hombres y mujeres que lo experimentan. No todos tenemos los mismos resultados, nos aventuramos a distintos riesgos y de hecho los resultados aún están por verse, ¿en unos 10 o 15 años, cuando los críos estén listos?

Por ahora a ella le hace mucho, mucho bien, de alguna manera funcionamos, él está incorporado a su proceso educativo, a sus días, es parte de esa casa con mucho pasto, con tías, con una abuela, con muchas visitas los fines de semana, es las salidas con papá y las llamadas y confidencias de las que yo no formo parte, es los gustos que comparte con ella y no conmigo, se une a ella en estos años en que se hace grande, deja los vestidos rosas y conoce el mundo y no es por mi benevolencia, no es que le permití regresar, es que nunca se fue, está enteramente en su corazón, y es sencillamente por el bien de todos.

martes, 20 de septiembre de 2011

Se busca


Casi nunca se lo digo a nadie pero, secretamente ando buscando, disimuladamente un día entro en un directorio y tecleo su nombre, a veces en esta o aquella red social o si me quedo en casa de mi madre, me descubro hurgando en su agenda vieja, tal vez no borró su número o su nombre aunque sea. 

Él no sabe que yo hago estas cosas, él tal vez ni se acuerda de mí, él me envió una tarjeta cuando cumplí 11 años y después no supe más de él. Me quedé con la historia contada por mi madre con tantos parches y remiendos, una mentira aqui y un acomodo allá, que me parecía siempre ajena; una historia tan manoseada al derecho y al revés por mis tías, tan murmurada por mi abuela como en leyenda de otros tiempos que me olvidé de que era mi historia.
Lo que yo tengo es solo una escena en la que él me cargaba y parecía tan alto o yo era tan pequeña; él usaba lentes y tenía barba y la voz joven y camisa a cuadros o tal vez azul, el recuerdo se difumina como fotografía vieja y hay cosas irrelevantes que de pronto son las únicas que conservo del único padre que tuve. Papá debo decir, así le llamo en ese momento, le grito que estoy cansada y él me levanta en sus brazos y debo decirlo, me gusta su sonrisa.

A ella le he preguntado y me ha dicho que mi recuerdo me engaña que no era tan alto, que no era tan guapo, que sí, que era joven pero, demasiado joven para ser mi papá y que en realidad no debía llamarle papá. Ese fue, el ultimo remiendo de la historia: que todos nos equivocamos, ella, él y hasta yo. 

Ahora busco de vez en cuando y hoy encontré su nombre completo, una dirección y un número telefónico. Puede no ser él, puede ser una mera coincidencia y yo diga: "perdón, señora, marqué un número equivocado"; puede ser y no querer hablar conmigo, puede ser y decirme algo que nunca me habría gustado escuchar. No lo sé, lo que secretamente estoy buscando es que él me diga si su camisa era azul, esa otra parte de la historia, el revés, la que ella nunca va a contarme, la que él sabe, la que yo no puedo recordar, la que también es mía.

jueves, 25 de agosto de 2011

Una entre mil

Dice una nota: "Las estadísticas indican que esta enfermedad afecta aproximadamente a dos de cada diez mil personas; sin embargo, la incidencia real parece ser más alta (alrededor de uno en 500 a uno en mil personas)." 


¿Qué tal eh? igual que cuando mi embarazo ectópico ¡una en un millón!, está vez una entre mil como la canción de Mijares jajajaja, me gusta, me gusta esto de ser tan suertudota jajajaja


Qué va, son patrañas, no necesita pasarme esto para saber que soy una en un millón pero ¿a poco no es una cagadez de la vida que a mi, precisamente a mi? jajajajaajaja y además ya traigo en la cabecita la rola esa: "...uno entre mil yo triunfaré..que es cuesta arriba la partidaaa... del juego de la vida...¡oooo!" (visualicece a mijarez compungiendose cual barriga adolorida)

La verdad de las cosas es que esta parte del proceso me está enseñando cosas, cosas, cosas, vaya que sí. Paralisis de Bell: Gracias. Amigos que me leen, amigos que no me leen, madre, hija, abuela, primo, hermanos, Ulises, docs, que gran red eh! gracias.  

miércoles, 24 de agosto de 2011

ISA BELL






Realidad llamamos a las cosas que suceden fuera de nosotros y no podemos negar que existen.


Si no te afectaran no tendrías corazón.


Quién señala algo está aceptando en ese momento su incapacidad para lidiar con aquello que señala.

Regalos para Isa Bell


No fui precavida y recibí absolutamente todos los regalos. Todos en la oficina tenían algo que dar, todos a su manera, y yo recibí sin hacer distinciones y me ha pegado y me he derrumbado un poco.

Ayer vivía esto como si de un simple accidente se tratara, algo que al momento siguiente se corregiría. Hoy enfrentada a una selva de oficina me he sentido verdaderamente enferma, pez observado, ave compadecida, reo acusado, casi leprosa.

Hubo de todo: flores, consejos, atenciones, abrazos, compasión, dureza, indiferencia, burla, compañía de personas que aprecio, hasta hubo quien me ofreció dinero jajaja…lo pasé bien, cada quien a su modo tiene su manera de darse y yo me dispuse a recibirlo todo pero no previne.

Te ves muy mal y no te lo dicen para no herirte. ¡Uf qué duro! Esto me dice alguien que ni siquiera me ha visto. Vaya esto de vivir una enfermedad es un asunto bastante complejo en esta sociedad eh. Que debe elaborarse todo un proceso. A saber, hay que tener bien claro porqué se enfermó uno, ya sea que se cogió un mal nacido virus o fue el cochino estrés y luego hay que asumir que fue culpa de uno y luego hay que entrar en etapa de aceptación para después pasar a la de sanación, y dicen que hay que aprender de la enfermedad. Está visto que el asunto es absolutamente culposo porque alguien más me dice que no entiende cómo portándose mal no le sucede nada malo a ella. Hasta aquí llegué. ¡Heeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeelp!
No lo acepto. Enfermedad no es castigo

Bendiciones


Hace unas semanas me preguntó ¿qué es lo que esperas Isabel? respondí que estaba buscando salud que estaba cansada de ir de enfermedad en enfermedad y no imaginaba que venía esto. Hoy, salud me parece algo muy general. Hoy me aferro a que deseo una cosa muy sencilla: sonreír. Él me dice que ha descubierto personas que sufren porque no pueden llorar. Solo entonces escubro que mis ojos están empapados en lagrimas. 

Llorar

Mientras aguardo, por fin puedo llorar, mientras lloro al fin  puede llover y así las cosas son esa cadena sucesiva de cosas que al fin pueden suceder...



lunes, 22 de agosto de 2011

Yo alebrije

Dice el neurológo que es un virus que está carcomiendo mi nervio facial; la sobadora que un coraje no desquitado me tiró los nervios y que estaba por quedarme ciega; dice Ulises que es parte del proceso, parte izquierda-madre-emociones, que estaré bien; la doctora del seguro social que el estres; dice la neuropsiquiatra que sí, que hay como diez millones de virus que no hay modo de saber cuál y que también el estres, yo no sé qué pasó pero un día mi cara era como un cuadro cubista.

Parálisis de Bell, dijo el doc, es lo más elegante que me ha dado, wow! mi relación con las enfermedades verdaderamente me está conmoviendo. Ahora la guerrera tiene una mamá alebrije, con lo mucho que le encantan, aveces, hasta nos resulta divertido que una parte sonrie, una parte llora, una parte gruñe, otra es inexpresiva. Me asusta mucho no volver a sonreirle como antes.

Extraño mi sonrisa.


miércoles, 27 de julio de 2011

El árbol de los problemas...mmmm

¿Conocen la historia esa del árbol de los problemas? Es bastante trillada, trata acerca de alguien que frotaba las hojitas del árbol que estaba a la entrada de su casa antes de entrar en ella y alguien le pregunta porqué hace eso. Entonces el buen hombre aquél contesta que es porque antes de entrar a casa le encarga al arbolito todos los problemas con los que llega del trabajo mientras está en su casa y así no contamina a su familia con lo que le ha sucedido en la oficina, y cuando sale y regresa al trabajo se los vuelve a llevar para solucionarlos allá. Bueno, así como están ahora las cosas necesitamos arbolitos a la entrada de la casa y también de la oficina porque hay que ver con cuánta mala vibra llega uno al trabajo después de haber luchado contra reloj por salir a tiempo y listas para dos horas y piquito de camino, de haberse partido el alma por un espacio en el metro, en la calle, y así no siempre es fácil llegar tan fresca y sonriente a darle los buenos días a la colaboradora más cercana. Mientras escribo esto ya estoy pensando en el bonsái o la plantita de sombra que voy a traer para mi escritorio. Me lo pensaré, ¿qué culpa tienen los vegetales de la malvibrosidad ajena? Bastante hacen con oxigenarnos :p 

¿Qué tal una de estas? alomejor no solo le encargo mis problemas, a lo mejor se los queda, algunos son de carne y hueso jejeeje
La encontré en... 


viernes, 8 de julio de 2011

Sexo y lombrices


Hace unos días que me siento mal. Todo empezó cuando me tomé la maldita dosis de vermots y me despedí de mis amibas. Me quedé sin escuadrón de la mala vida y ahora, ¿quién se traga las porquerías que meto a la barriga?, no toleré unas carnecitas y el heladito de yogurt me cayó mal ayer. A no ser que el medicamento enviado para regular mi glucosa este siendo muy agresivo y de verdad ya tengo una gastritis marca ACME.

oOo

En el consultorio me dice el doctor Muciño: “es gastritis o el chamaco viene atravesado”

oOo

¿No tomas?, ¿no fumas?, así que, ¿no tienes vicios ehmm?, y pone cara sería y agrega, necesitas sexo.

jueves, 7 de julio de 2011

Llover, llover


La última vez que me subí a la cama de las agujas estuve como lluvia, lloré mucho, hacía falta. Estoy contenta, soy una lucky woman es momento de agradecer.
oOo
Celebré mi ritual de las lluvias lo inventé ese mismo día, tomé la manita de mi Guerrera y seguimos al Spencersaurio y a su nuevo amigo, el pequeño perro maquiavelico. Las lluvias fueron generosas en esta primera semana. Hace un año esta misma caminata y los juegos del perro feliz en el agua, el vientecillo frío en la cara, las risas de Fátima los colores brillantes que regala ese paisaje hermoso en el cerro, las aves en coro con la caía de agua en rincones ocultos, todo eso que siempre he amado, me sabía como morder una manzana de ceniza, yo estaba ahí sentada como un desdichado holograma que no puede acceder a las sensaciones que los demás sí. Eran los peores días de la depresión. Sólo quería dormir, dormir sólo para no vivir, para no seguir saboreando ceniza.

Este domingo repetí el paseo. Esta vez nada sabía a ceniza. 
oOo
Se dice que habiendo estado en medio de la tormenta y al haber pasado esta, no recordarás bien a bien cómo hiciste para sobrevivir a ella, yo no se si quiero recordar, pero no estoy segura de querer olvidar...

martes, 28 de junio de 2011

Llueve, llueve


Una temporada de calor infernal ha terminado. ¡Llegaron las lluvias! 


miércoles, 22 de junio de 2011

Alineaciones

Muchas veces, uno dice que 'los astros se alinean'. Nunca para mi esto habia tenido más sentido que ahora. Ulises resuena en una sesión reciente: acciona, demasiado es más de lo que necesitas, hay un momento reservado... y así por el estilo.

oOo

Últimamente mi madre y mis hermanos pasan el fin de semana conmigo y con Fatima. Nunca creí que diría esto pero, lo diré: ¡se siente tan bien saber que mi madre está ahí! La llamo por su nombre y no mamá cuando me dirijo a ella pero cada vez es más dificil decirle madre a mi abuela cuando las tengo juntas. A ninguna de las tres parece incomodarnos esto, es posible que todo se trate de mis alucines pero es como si las tres supieramos que asi debe ser que poco a poco nos alineamos en una orbita más armoniosa donde madre es madre, abuela es abuela e hija es hija. Algunas veces como este domingo hasta hemos podido hablar de cosas que antes fueron prohibidas o dolorosas, de padres ausentes o ficticios o añorados, de hermanos no nacidos, de espejismos, de enojos rancios y no ha sido necesario enfrentarnos o sentarnos a deshilvanar nuestra historia como imaginé un día que podría ser, no. Esto ha ocurrido así como cuando el mago va sacando pañuelos de colores del sombrero y esta vez sé que los suaves trozos de tela no volverana entrar, salen nos sorprenden se esfuman en vaporosa despedida. Los dejamos ir mientras cocinamos juntas o vemos llover y también mi hermana ha estado ahí. Sí, si tengo una hermana. Sí, si tengo un lugar.

miércoles, 15 de junio de 2011

Mujer, luchadora incansable

Estación Guerrero, somos muchas. Los cuerpos femeninos en tensión, el pecho de una hacia delante, los puños de otra, aferrados a la estructura metálica del vagón…¡no están en la merced!, grita una al fondo, y otra pacifista exhorta: ¡ya déjense señoritas, Marcelo ya puso cámaras, muchachas ¿quieren acabar en el torito?, …con un vigoroso movimiento de cuello, una de las contrincantes echa hacía atrás su larga cabellera negra y deja ir un codazo en el rostro de la trigueña que desgarra el denso aire con un fiero zarpazo y alcanza la sien de su rival…¡milagro!, se abre la turba para dar espacio a la acalorada pelea como las aguas del mar rojo alguna vez ante Moisés…¿qué es esto?, ¿es sangre? La mujer que, junto a mi, invita al diálogo y la paz continua: ya bonitas no olviden lo que son: son personas! Déjense ya! Pobrecitas, pobrecitas, míralas que mal se ven me dice… para entonces el público ya ruge apasionado, la rubia no suelta la melena de la trigueña y esta le alza la falda en un intento desesperado por conseguir la distracción de su oponente, lo logra, se ha zafado se va sobre ella, las bocas se abren y emiten gritos sordos, insultos aberrantes, los brazos extendidos, las piernas se arquean, se flexionan, se vencen los tacones…¡parecen perras!, ¡han de comer puro sope!...las puertas se abren, estación Hidalgo, el hervidero humano saca rodando a las aguerridas bellezas, que con más espacio, en el anden y tras la línea amarilla serán separadas, a la vista de chismosos se arreglarán la ropa recién arañada, se darán cuenta de que algunos incluso, ávidos de morbo han sacado celulares para grabar, quedarán expuestas en lo que queda de su encanto mañanero. Pobrecitas, pobrecitas, dice la pacifista de mi lado del vagón, señoras o señoritas los polis van a pasar encima de ellas antes de dejarlas salir. Sí, la lucha femenina es un deporte bellísimo, me digo yo... ¡pelea!, ¡pelea!, ¡pelea!, ¡pelea!, ...

jueves, 9 de junio de 2011

Perdonar

Perdonar es un regalo que podemos hacernos de vez en cuando. No se trata de olvidar un agravio, no se trata de conceder segundas, terceras o cuartas oportunidades. Esta definición que halé por ahí me pareció muy certera y más fácil de comprender, así es más sencillo aplicarlo.
”confrontar las reglas rígidas que uno ha trazado para el comportamiento de los demás, y es la poderosa afirmación de que las cosas malas no arruinarán nuestro presente, aun cuando hayan arruinado nuestro pasado”.

Hermana


Me hubiera gustado tener una hermana con quien compartir la infancia y la adolescencia, con quien jugar y tener secretas complicidades y experimentar las peleas que preceden a disculpas que no necesitan ser pronunciadas...bueno, no en esta vida, no en este espacio, no en este tiempo...

martes, 7 de junio de 2011

Yo y Platero y yo

Nos pidieron compartir un pensamiento, anécdota, reflexión de cómo o porqué los libros eran importantes en nuestras vidas. El ejercicio me hizo ver que sí, que los libros son esos "otros" en la vida, son voces, compañeros, hay recuerdos para cada libro o libros para cada recuerdo. 

Compartí lo más remoto que tengo. Acá lo dejo. 


¿Platero y yo? ¡Pero no tiene dibujos y las letras son muy chiquitas, mamá! Así protesté a los seis años cuando ella trataba de inculcarme el hábito de la lectura como se inculca el de cepillarse los dientes. De tanto en tanto mi madre revisaba y hacía preguntas y si yo no había avanzado en la lectura de la vida de ese burrito, Platero, pues castigo y el castigo era leer más. Cuentos, lecturas en los libros de texto de mis tías que por entonces estaban en secundaria, artículos en revistas, notas en el periódico. Así fue como el castigo se prolongó y Platero iba siempre en mi mochila, en mi chamarra esperando a ser leído y fue el burrito en el que llegué a los libros. Cuando me di cuenta ya leía porque sí, porque quería, porque era algo que se hace, que se disfruta, ya no era un castigo. Mi mamá dejó de pedirme que leyera Platero y yo, y yo, lo leí porque quise leerlo.

La de la foto es la portada de la edición incompleta que yo tuve y que aún conservo por ahi, deshojada de tanto no leer o de tanto leer, ya no lo se. Por cierto, aunque lo parece, Platero y yo, no es un libro para niños, pero mi madre no lo sabía y se lo agradezco ahora. 

Jurar en la Villa

(...)

- ¿Y por cuánto tiempo?


- De aquí a los quince de mi chavita


-¡Órale! Yo también como que quiero ir a jurar a ver si es cierto que la virgen me quita lo pinche briago.


- Y ¿porqué no vas?


- Naaaa, no creo que sirva si ni mi madrecita me convenció y ya hasta se murió.


- ¡Mta! ¿Y prefieres seguir tragando mierda?


- Pues si me gusta ¿por qué no?

¡Ah si! eso que ni que, como aquí nos deja ver este teporochito que escuché en la estación Guerrero, la madrecita de un mexicano tiene mayor jerarquía que la virgen misma, y si ni ella pudo, pues...

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