“NO SABES RESTAR AAAAAAAHHHGGGG, ESCUINCLES DEL MAL, SON EL COLMO, NO SE LES PEGA NADA!”
Eso dice Fatima que dijo, o mejor dicho, que vociferó la Mis. “Aveces grita y mueve las manos, se enoja mucho si no entendemos y yo no entiendo como hace ella las restas”, me cuenta y yo no suelo ponerme como mamá gallina pero ¿porqué no habría de creerle?, si recuerdo muy bien cómo se las gastaban esas mujeres con distorsionadas formas de dirigir sus emociones. Aquella maestra tachó mi cuaderno con pluma roja, con tal fuerza que el resto de las hojas quedaron marcadas con el mismo tache. No fue tan malo, me compraron un cuaderno nuevo y otro día cuando esta mujer me mandó al salón de segundo B, el de Burros como castigo hice nuevos amigos y ya no quería regresar al grupo A, de aplicados… pero esa es otra historia.
Esta historia trata de la Guerrera en el salón de clases, ella va en 2º B y no es ninguna burra como decían las maestras de mis tiempos, y claro que sabe restar, yo hasta creo que es muy buena con los números, tiene siete años y ya sabe las tablas y hace cuentas que da miedo, porque sabe cuántos domingos le debe su padrino y para qué le alcanza y hasta prevé cuánto de eso ahorrará y planea ser millonaria cuando sea grande, luego entonces no me gustó verla llorando y escucharla quejarse amargamente porque “me siento muy tonta mamá voy en segundo y no se restar”.
¿Pero que se creen las maestras? Una pone en sus manos lo más valioso que tiene y se encargan de machacarles la confianza en sus fortalezas concentrándolos absolutamente en sus debilidades. ¡Y encima se les paga!
No veo a mi jefa gritandome: !No sabes editaaaar, eres el colmo! ¿Porqué las mises pueden hacer eso con los niños? La caricatura que ilustra esta entrada fue galardonada en un congreso sobre educación y vida sostenible en Sao Paulo y es una crítica muy válida porque de que los hay los hay pero yo me pregunto si realmente aquella educación donde era permitido que los maestros se agandallaran a los niños a reglazos y golpes con el borrador y el gis o insultos dio como fruto una muy buena sociedad. No lo creo y creo en educar mjores seres humanos, no personas frustradas, deseosas de una insana competencia...blablabla yo y mis utopias.
Como sea yo quiero formar un ser humano fuerte, sí pero no agachón y quiero que tenga respeto por las figuras de autoridad pero no miedo a todo y de todo y además pago por una escuela no por un centro de hostilidades(línea de berrinche pueril). Mandé una carta con mi respectiva queja, a ver como lo toma la “Mis.”
Esa Miss es una desgracia, sobretodo por las aseveraciones, las ganas de joder, de minimizar al niño, esta en el plan retro en el que una mujer frustrada descarga sus mierdas sobre los niños. Lo de la carta me parece poco, me gustaría más que como ella te montaras en plan mamá retro a chillar y a quejarte amargamente, y acto seguido pedir cambio de salón de tu hija...no sin antes restregar a la directora que esa escuela no es el producto que se te ofreció...
ResponderEliminarjajajaja no me veo eh jajajajja
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