Susana

Feminicidio. No es el asesinato de una mujer, es el asesinato por ser mujer. Ella dijo “Ni una muerta más”, hoy es una muerta más, que no una muerta cualquiera. Susana Chávez, mujer, poetisa, zurda, activista, un ser humano, de esos que son valiosos, de esos cuya partida lastima porque es uno de "los imprescindibles". Duele saber que en dos años han caído ya 13 defensores de Derechos Humanos, duele saber que ante el miedo generalizado, en una ciudad fronteriza toma el mando del servicio de seguridad pública una jovencita de 20 años que además debe velar por la vida de su bebé, que el único policía en otra cuidad del norte del país, era mujer y la asesinaron, que…que parece como si el rumbo estuviera perdido, como si estuviéramos a merced de los instintos. En realidad, ¿quiénes son los malos?, ¿los hay? O como dicen ¿no pasa nada?, ¿sólo es que los mexicanos tenemos una percepción que estamos viviendo como si fuera realidad? Me dolió, Susana saber que el fiscal de Chihuahua afirmó que tu muerte no tuvo que ver con tu activismo, fue porque estabas ebria, conviviendo con ebrios menores de edad, eso te pasó por eso. Ellos declararon que la que quiso seguir tomando fuiste tú, Susana y por eso no tuvieron más remedio que llevarte a su casa. Lo uno es causa de lo otro, pues. Fue personal, dijo el fiscal, “un tema de descomposición social, entre jóvenes que toman, que se drogan”. Yo no le creo aunque supongo que eso no te hace justicia. Me duele, me duele mucho este golpe al sentido común. El mensaje es claro. “No piensen, no actúen nosotros escribimos el guión”. No vas a pedir justicia para ti como lo hacías por las mujeres de tu natal Juárez. El brazo izquierdo cercenado. No vuelvas a levantarlo, Susana, no más poemas, no más lucha, no más apoyo comunitario, no más desacuerdo con el sistema de in-justicia. El rostro cubierto con una bolsa de plástico. Susana, deja de respirar, deja de hablar, deja de pedir, deja de pensar, deja de gritar, deja de exigir un mejor país. Ni una muerta más.