¡Urrrra! Llegaron los Reyes, esos señores que desde que conocieron al nacido en Belen, amaron ser regaladores con todos los niños del mundo. Cielos, ¡las cinco de la mañana!, ya sabemos lo bueno que sería que todos los días tuviéramos estas visitas y la Guerrera madrugara de tal forma para ir a la escuela. Sus altezas devoraron el pie de queso que horneamos anoche, encontramos moronas. El agua de la cubeta y el heno tampoco están, el elefante, el camello y el caballo venían hambrientos. Bajo el árbol navideño, cajas. Hay un gato casivivo que en seguida es bautizado como Wendolin, un mini hornito que desde mis tiempos es un hit y una muñeca y una frazada y un kit para hacer paletas de hielo Mi Alegría. Si, parece que se portó bien este año. Es que sólo llevamos seis días, no hay mucho que reportar. Parece contenta pero tal vez algo no anda bien.
No importa cuántos juguetes pongan los Reyes bajo el árbol, lo mejor de este día, cada año es descubrir las pisadas de sus fieles bestias de carga en nuestro patio y un poco de lodo que las babuchas de melchor dejaron en la sala.-¿Es todo?
-¿querías más?
-¡no! Pero ¿ya podemos ir a buscar las huellas del elefante y el camello?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dime qué piensas