Muina

Otra vez la dejó plantada. Si me emociona y conmueve hasta el tuétano su acercamiento con la Guerrera pero también hay que decir que me encabronan sobremanera sus desaciertos, no se lo digo por pura sistémica familiar intuida pero se lo planteé apenas este fin de semana: creo, le dije, que ella necesita que le ofrezcas una certeza, estabilidad, seguridad, no me gusta que se quede esperándote, eso la deja muy triste, tú sabes, le prometes algo que luego no cumples pero ella se crea expectativas, hace planes, se ilusiona, te espera con ansias locas, bla, bla, bla…..

Otra vez gasté la saliva y el engrosó su tapón de cerumen. El martes sin falta vengo, dijo y el martes me envía un mensaje diciendo sólo que no podrá.

Ya, ya lo se, que no puedo guardarla en una burbuja de cristal y pretender que nunca la lastimen, pero es que ya la han lastimado tanto.

Me revienta cuando llama emocionada porque él irá a verla y me cuenta que está poniéndose la ropa favorita, luego en otra llamada la escucho ansiosa preguntándome si vendrá y finalmente me vuelve a marcar para contarme con la vocecilla baja como luciérnaga apagándose que no llegó, lo justifica para que yo no diga más y me callo por ella nomás pero por dentro me hierve la entraña. Me choca que sea como los reyes magos, que se dice que vienen y luego quien sabe si vienen.

Esta situación me enfrenta también a la realidad de mi ausencia fijada por el horario de oficina, las horas traslado entre ésta y la casa, a la impotencia de no poder salir de aquí para correr a abrazarla y cubrir sus horas sola y no me queda más que confiar en que es fuerte, sabia y que cada experiencia dolorosa no la convertirá en víctima sino que la forjará un ser humano sensible y valioso.

Es cierto es a mi a quien más conflicto le causa el asunto de los abandonos y en tres patadas ya estoy pensando: 1) hoy es él ¿y mañana cuántos más la harán esperar y decepcionarse de ese modo? o 2) ¿debo hacer como que todo está bien, resignarme a que él no tiene porqué ser más formal, más comprometido con ella?

¡Argggg! mi hígado ha hablado.