Uno detrás de otro, como debe suceder en una caravana, vimos pasar los carros alegóricos e híper iluminados.
El desfile que muchos niños y no tan niños mueren por ver nosotras lo tuvimos a vista de balcón onda Evita Perón lanzando flores a sus simpatizantes porque dicho acontecimiento coincidió con nuestra asistencia a una cena on terraza.
Y yo que creí que esas cosas sólo pasaban en el DFcito pero ya veo que no. Ya veo que ser parte de la mancha urbana va emparejado con hacer nuestras las costumbres de la chilanga banda. Al grano: ayer por la noche, una importante avenida en Coacalco fue cerrada en nombre de una groseramente poderosa refresquera porque los personajes de su exitosa campaña publicitaria decembrina pasarían por ahí en punto de las 19:00 horas.
Ahora yo podría vaciar acá muchas ideas referentes a consumismo, alta ingesta de bebidas gaseosas y obesidad, por supuesto podría mencionar que México "se posiciona como el país con mayor y más rápido crecimiento en términos de consumo por cabeza de refrescos, lo que le hará alcanzar alrededor de 500 litros por persona en 2014", según el estudio más reciente de la agencia Euromonitor International. De paso podría señalar que en este país se consumen más gaseosas que frutas; o podría seguir otra línea y hablar de los significados más odiosamente materialistas de la navidad, de la contradicción existente entre el “serio compromiso de construir comunidades sustentables, (…) iniciativas de protección del ambiente” que pregona esta Compañía, toda esa invernal parafernalia luminosa con tiernos ositos polares que se empinan su cocota y los osos polares reales, los que se extinguen sin esperanza ante la indiferencia de seres que se entretienen con lucecitas y se emocionan aún cuando los intereses publicitarios de un particular les cierra las avenidas como si fuera la soberana de ellas.
Tales necedades acudieron a mi azotea mientras Fatima y yo soplabamos vaporcito blanco, nos cerrábamos los abrigos, frotábamos nuestras manos y mirábamos en silencio este “tradicional desfile” (¿?).
Allá abajo todo esto parecía pequeño, veíamos la exitación de la gente pero no la vivíamos, no escuchamos el jingle en turno, pero sí los claxonazos de automovilistas desprevenidos que no alcanzaron a pasar antes que los felices ayudantes de Santa y esperaban impacientes a que se normalizara la circulación para llegar a sus destinos.
Miré los camiones alegóricos con anuncios de Coca Cola, gigantescas piñatas luminosas con anuncios de Coca Cola, gigantescos pingüinos y anuncios de Coca Cola, gigantescas muñecas y anuncios de Coca Cola; miré también a la gigantesca foca abrazando a unas duendecitas ayudantas de Santa orejonas y bien nalgonas, miré duendecillos bailarines que agitaban a la turba con sus piruetas; había vendedores de algodones, espumas en aerosol, garnachas y ponches calientes que aprovecharon la ocasión para activar su economía. ¡Ah! y también vi muchos anuncios de Coca Cola. Al final, como un rey, venía Santa, el que dicen que es Santa, sea lo que sea Santa. Feliz, rosado y con cabello blanco, saludando como un Papa, con su traje rojo y porsupuesto: ¡su cocota!
Ah si, el título, lo olvidaba. Hoy espero la combi sobre la avenida que vio desfilar a la familia Coca Cola. Sustituyendo a la alegre multitud de anoche, sólo hay envolturas, vasos de unicel, envases de Coca Cola y muchísimos papelitos de colores humedecidos por el rocio matutino, desilusionados de la navidad, olvidados sobre el asfalto, esperando volar donde el viento o una escoba voluntaria los lleve.
Nadie vino a barrerlos, cada comercio y casa sobre la Lopez Portillo debe asumir la limpieza de su espacio. Para eso son ciudadanos, no estoy en contra de las buenas acciones cívicas, pero ya que Santa Clos trajo tanta basura podría contribuir a levantarla o bien, ya que las autoridades municipales auorizaron el cierre de la avenida, habría sido decente que enviaran al escuadrón de limpia a temprana hora.
Que conste que la navidad no tiene la culpa. La navidad me gusta, los desfiles cochinos no.
ah que puercos los mexiquenses, pero espera que justo hoy vo como Pinol patrocinó la limpia de la plancha del DF, quitaron 25 cicles por metro cuadrado... ¿los fines? los conocemos, ahora cuando abra la llave de mi casa, lavaré mis trastes con agua perfumada de Pinol. qué bonito es lo bonito! La Bren
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