Decía mi bisabuela:
¡Tanta muchacha bonita y tanto cabrón sin dinero!
En sus tiempos, ahora las muchachas bonitas no necesitan tanto el dinero, viva la igualdad (¿?), pero hay tanto cabrón casado o gay. Lo digo porque mi vida se disuelve en esta oficina, en donde abundan las camisas rosas. Tienen toda mi simpatía, lo juro pero ¿donde están los hombreeeeeees? ¿Dios?!!!!!!!!
en la red... jajaja.
ResponderEliminarun saludo desde antofagasta, y animo, quizas lo que quieres esta a la vuelta de la esquina.
Un abrazo!!!