martes, 30 de noviembre de 2010
Lloré
Sí, así es, tenían razón quienes creen que siempre tienen razón: me falta mucho por aprender y lo aprenderé como he aprendido esta más reciente lección. Tres días con sus tres noches lloré de rabia, lloré de miedo, lloré de angustia, lloré de profunda tristeza. Lloré de tantas maneras que me las he aprendido todas y todas las disfruté. Pero luego como he dicho, ese llanto me lava, me renueva e incluso me recuerda que las hienas siguen comiendo.
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