miércoles, 10 de noviembre de 2010

La importancia de llamarse...


Todo empieza con una preguntita: ¿y qué significa?Antes de esta entrada sólo me atormentaba no tener alguna historia detrás del nombre pero dormía tranquila y pensaba como Julieta “¿Qué hay en un Nombre? Aquello que llamamos rosa olería igual de dulce con cualquier otro Nombre” (William Shakespeare, Romeo y Julieta). Despues de mucho indagar, parecerá que me entró el alucine pero me quedo pensando en que el cuestionamiento que se hace la hija única de los capuleto refleja claramente cómo es que pensamos los occidentales acerca del tema. Parecemos estar muy convencidos de que los nombres son meras etiquetas, fonemas para poder decir de alguien o de algo.

Nos parece cosa de lo fantástico pensar que nuestro nombre nos brinda fuerza, nos otorga un destino, reflejan el alma y nuestra personalidad, como sí se creía en las civilizaciones o pueblos antiguos, el Hebreo por ejemplo o las de los indios americanos, quienes elegían nombres relacionados con la naturaleza y la inspiración de sentimientos que ésta podía generar. 

Es más, a veces renegamos de nuestro nombre aún cuando se trata de la palabra más dulce en nuestros oidos porque nos unifica aún cuando alguién más se llame igual, ya que quien nos nombra lo hace conteniedo en la palabra, su idea de nosotros.

Ahora de verdad me pregunto si Fatima Sared sería quien es y cómo es de haberse llamado de otro modo y si acaso eligió venir y eligió a sus padres como dice y además eligió su nombre. Por ahora sé que ella es en verdad todo lo maravilloso que encierra su nombre y es mil cosas mágicas más.

Unos meses antes de su llegada hicimos un acuerdo, uno muy bobo, arbitrario, sin sentido: si era niño yo elegiría el nombre y si era niña lo escogería él y yo estaba segura de que sería niño je! y ambos teníamos bajo la manga el nombre ideal de acuerdo a nuestros gustos, preferencias literarias, históricas, fonéticas, melódicas o bien a los nombres de nuestros héroes o ex parejas.

Ya me escuchaba yo llamando a un precioso niño de grandes ojos: Sebastián o Benjamín o Pablo o Ernesto… Pero llegó el día, una nena enorme y con cabeza de melón rosado nos nació y él estaba decidido a llamarla Natalia como una muy querida exnovia.

Obvio, la idea no me encantó y traté de convencerlo por Regina, Renata, Fernanda o Rebeca que según yo, eran nombres bellos y con cierta fuerza. No me escuchó pero tuvo algo de buen criterio y se decidió por Fátima.

Pero faltaba algo y abrió la biblia, no porque fuera muy devoto sino porque según él, si su sobrino Gerson tenía nombre bíblico, su hija no se iba a quedar atrás. Y ahí estaba, en Génesis 46: Sared. Se escuchaba bien y además decía que era pariente de un tal Gerson, como el sobrinito, sha!

Sentí que era una decisión tomada a la ligera pero había hecho un acuerdo. Era triste pero en adelante, cuando me preguntaran qué significado tenía el nombre de mi pequeña yo no tendría respuestas y eso me incomodaba porque además no lo habíamos escogido juntos por alguna bella o emotiva razón. Todo había sido un capricho del destino, pensaba yo.

Y sin embargo, ese nombre, Fatima Sared me sonaba casi sublime y me parecía que no había otro que combinara mejor con la personalidad de esa muchachita que comencé a ver crecer y que no podría haberse llamado de ninguna otra manera.

Ahora que ha corrido mucha cinta de la película y Fatima Sared ya hasta escribe en su propio blog y presume en él su nombre, decidí esforzarme y documentar un poco el asunto por si acaso, para futuras referencias.

Es bien sabido que Fatima es el nombre de la aldea portuguesa donde se hicieron famosas las historias sobre apariciones de la Virgen María a tres pequeños pastores y por tanto, es conocida la advocación de Nuestra Señora de Fatima. Ese nombre me encantó porque de niña había un cuadro viejo en mi cabecera, en el que estaba la Virgen mirando a los niños de Fatima, en un paisaje colorido donde había colinas y borreguitos. Tenía ese cuadro en la cabecera de mi cama y me encantaba contemplarlo porque además tenía un acabado que brillaba por las noches y jamás me cansaba de escuchar en labios de mi abuela la historia de esas apariciones y esos niños y las profecías. Más tarde alguien me dijo que Fatima se llamaba un amor platónico de mi ex, qué cosas ¿no? Bueno Fatima es también el nombre de la hija menor del profeta Mahoma y la única que tuvo descendencia. Viene del árabe Fatama que significa según lo que pude encontrar: doncella, única, virgen, esplendida, la que intenta volver a su mundo. También se cree que es una derivación del latín fatum, fata... que significa destino. Con el imaprincesa agregaríamos, y quedaría como princesa destinada o princesa del destino. Y por ahí encontré que también se interpretaría como La que esta dotada con poderes inimaginables.

Y acerca de Sared, la cosa sería así: en tiempos muy remotos cuando Dios y el hombre todavía se llevaban de a cuartos y hasta se hablaban y hacían alianzas, Dios le promete a Abraham que de él surgiría una gran nación. Pero la esposa de Abraham, Sara aunque bellísima ya era una anciana y nomás no paría, entonces Abraham a los 86 años toma a su esclava egipcia Agar y les nace Ismael, a quien los musulmanes árabes consideran su progenitor pero luego para el cumpleaños 100 de Abraham, Dios se acuerda de su promesa y hace fértil a Sara que entonces le da la sorpresa y queda embarazada de Isaac, (nunca es tarde); Isaac a su vez engendró a Jacob que tuvo doce hijos. Estos, serían reconocidos como los patriarcas de donde provienen las doce tribus de Israel entre las que Josué repartió la Tierra Prometida, la tierra de Canaán, Judea y hoy Israel tras el regreso de Egipto. La cosa se va haciendo extensa así que cierro: uno de esos doce hijos fue Zabulón que luego fue padre de Sared, aunque algunas traducciones lo apuntan como Sered y otras como Sacred y de hecho más bien era varón y de él desciende la tribu de los sereditas.

Sólo para más contexto, je, resulta que las doce tribus se agruparon en dos reinos: Judá e Israel pero a la muerte del rey Salomón, estos dos reinos se separaron en todos los aspectos, llegando a enemistarse seriamente y ya sabemos que esas asperezas no se han limado.

Ah si, el significado: Sared, del hebreo Sered o Tsereth, anhelo, honra, reverencia y también fue llamada así una ciudad ubicada en el territorio de Rubén, el hijo mayor de Jacob, con la connotación de resplandor de la aurora o del alba.

Resumiendo: Única y sin igual doncella, princesa del destino, que anhela, honra y reverencia, que está dotada con poderes inimaginables y que es espléndida cual resplandor de la aurora o del alba.

Ja! Ahora sé mucho del nombre de mi hija y espero que nadie vuelva a preguntarme qué significa porque daré tooooda esta explicación y el resumen ¿ok?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dime qué piensas

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...