miércoles, 13 de octubre de 2010

Luces en mi cielo


Con inusual seriedad señalaste el cielo estrellado de aquella noche y dijiste “cuando vivía allá…”. No me bastó, (al fin y al cabo adulta) y te insistí con preguntas absurdas ¿dónde escuchaste eso?, ¿quién te lo dijo?, quise saber. Luego, me empeñé en creer y dejé que me contaras que allá papá Dios jugaba contigo, que un día escapaste brincando entre nubes y quisiste conocer este mundo, tener unos papás y le pediste venir.

Tenías tres años y narraste esto con tal seguridad que no había modo de no creerte. Y es desde entonces mi historia favorita. Te pido que me la cuentes una y otra vez por no olvidarla jamás, porque entonces tus ojos brillan como los de un anciano que recuerda. 

Alguna vez mientras crecías dentro de mí, miré el cielo, había millones de estrellas. Tú ya estabas decidida a venir, y yo ya te esperaba. Esa noche te prometí regalarte un momento feliz por cada uno de esos puntos brillantes.

La verdad es que he comprendido que fui muy ingenua porque me han bastado los dos puntos brillantes en tu carita para que a mi vida jamás le falte un solo momento feliz.

2 comentarios:

  1. Hermoso.

    El cierre es genial.

    Agradezco tu visita a mi blog y tu comentario.

    Saludos.

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  2. Ay Isa, está de huevos! casi lloro, snif! además la foto de Faty está hermosa, se ve como un angelito recién llegado del cielo.

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