jueves, 2 de septiembre de 2010

Otro pasito

Hace ya varias pastillas que comenzó este viaje y ellas y yo ya nos hemos acoplado, por fortuna bastante bien. Tuve una etapa de ajuste, lo normal supongo, en la que me entró pánico-ansiedad-felicidadestupidamenteinjustificada, pero va pasando todo eso y yo me siento mucho mejor cada vez. Uno de estos días platicaba con un conocido, por alguno de esos temas de sobremesa entramos en un sonsodebate y al verse acorralado con mis preguntas y argumentos, sin más me dijo: “bah! ya se te está pasando el efecto anda y ve a tomarte otra pastilla”, ni me tomé otra pastilla, ni seguí conversando con él, sólo lo mandé a la chingada.

Bastante ignorancia, bastantes prejuicios, bastante pendejismo. Por mi parte, aún me tumbo aveces a llorar sin motivo, a no comprender nada, a enojarme y desenojarme por todo y falta mucho camino pero ya dejé de pensar que estoy drogándome. Esto no me hace disfrutar de lo que no es real, sólo me permite disfrutar de lo que si es real y dejar de sentirme derrumbada por lo que no tiene remedio, estoy recuperando la fuerza para creer en mí y me encanta que me vuelve a encantar quien soy.

Ya no cuento los días en función de las pastillas, los días son días y las pastillas, pastillas y sólo me acuerdo de ellas cuando me las desayuno y cuando me las ceno, tan es así que un día en la comida me tomé una cerveza sin reparar en los efectos secundarios, que fueron alucinantes y prometo no volver a hacerlo jajaja.

Fatima no sabe que Prozac me está ayudando pero sé bien que nota los cambios. Ya no ve a su mamá triste, dormida o histérica y me dice que le gusta cómo sonrío. 

Ulises dice que no todo lo hace el medicamento, que mucho depende de mi fuerza y sigue poniéndome acupuntura y pregunta por cada detalle que haya ocurrido en mi semana. Dice que las cosas grandes están hechas de detalles. En la siguiente visita tengo algo que contarle porque ayer me hicieron notar que ya no uso chamarrotas cuando los demás se abanican jajajajaja y disfruté sobremanera el dato porque es cierto. Acaso sea que el medicamento reguló mi temperatura corporal o que vivía con frío en el cuerpo, en el alma, un frío que me congelaba hasta el tuétano. No más. Estoy mejor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dime qué piensas

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...