El éxito es lo que se hace en silencio día a día, sin
testigos, sin música, sin parfernalia.
A veces decimos cosas creyendo que se las decimos a
los otros cuando en realidad, hablamos hacia nuestro adentro, pero en voz alta.
Así que espero no tocar ninguna susceptibilidad, escribo esto solo porque me
vinieron algunas ideas que creo vale la pena recordarme a mi misma de vez en
cuando.
Digo esto porque hace tiempo un señor x me hizo pensar en mi
zona de confort. En aquél momento me encabroné. Él se refería a que trabajo
y encargo a mi hija, luego entonces, según él, me realizo como mujer trabajadora y enaltecida de
ego por ser feminista y proveedora y entretanto alguien cuida a mi hija, cosa
que debería hacer yo y solo yo, sin ayuda de nadie.
Aquello me hizo mella y me pregunté: ¿zona de confort?,
¿cuál es esa? Si mi vida no es cómoda, si dejar a Fatima al cuidado de alguien
más para ir a trabajar y que esto represente un significativo desembolso para
pasajes y hartas horas en transporte público no es cómodo. Si no es cómodo
cuando me echan en cara esa ayuda para el cuidado de mi hija, lo que,
ciertamente, solo es responsabilidad mía, si no hay comodidad en recortar los
gastos superfluos para solventar lo importante, si no es para nada cómodo eso y
aquello que yo hago. Y así, vomité y vomité mi caldo viceral durante algún
tiempo.
Desde entonces este concepto de zona de confort, me resulta
interesante y paradójico. Para empezar es algo muy, muy subjetivo, eso está
visto. Otra cosa que he pensado es que zona de confort no es lo mismo que
comodidad. Así que, visto así, aquél señor x tenía un montón de razón.
Zona de
confort es hacer lo que sé hacer sin arriesgarme a hacerlo diferente. Y aquí
viene la parte interesante y que me da vueltas en la cabeza porque uno va
siempre queriendo abandonar la Zona de confort creyendo que busca lograr un
estado de mayor comodidad que el actual y sin embargo nadie ha alcanzado el
éxito desde la comodidad (sea lo que sea que para cada quien
signifique éxito, otro concepto muy subjetivo).
En honor a esto diré que al recorrer la lista de personas
que admiro, constato que ninguna de ellas tuvo una vida cómoda. Así que, creo
que abandonar una zona de confort puede significar dejar de hacer algo que
es per se incomodo, para lograr un
mejor estado de vida.
Nadie afirmaría que pedir limosna es cómodo y si le
dijéramos a un limosnero que vive en una zona de confort, con seguridad nos
mentaría la madre pero es una zona de confort si la persona que lo hace tiene
manos y pies con los que podría trabajar y simplemente no se arriesga a hacerlo
porque está acostumbrado a pedir.
Hasta aquí creo que no me he perdido: zona de confort no es
lo mismo que comodidad.
Lo siguiente es que mi muy personal credo dicta que
comodidad es un estado pero no un fin y que felicidad es búsqueda aprendizaje y
crecimiento personal, y ambas cosas sólo se producen fuera de esa zona de
confort.
Y conste que dije búsqueda y no logro de. Dicen que el
crecimiento personal es una de las mayores fuentes de satisfacción personal,
esto para algunos puede ser palabrería y no más y está bien porque también es
bien valido tener otras perspectivas de lo que significa crecer, vivir.
Pero para quienes creen en el crecimiento personal, hay que saber que crecer no es algo que ocurra así como así
y solo con desearlo, es algo por lo que se trabaja a cada momento aunque eso
signifique dejar de estar cómodos, a salvo de esfuerzo, de compromiso. Y eso si que cuesta.
Esto es lo contradictorio: para lograr bienestar y satisfacción es necesario exponernos a la incomodidad, mientras que si nos quedamos cómodos
y con cosas aseguradas solo lograremos sentirnos frustrados en cuando la
situación se modifique, aunque sea un poco. Si, de personas frustradas está
lleno el mundo ¿no es así?
Ahora mismo es momento de registrar en esta bitácora que me
toca mudarme, que mi madre se ha encabronado porque establezco límites y esa
“ayuda” que se me venía proporcionando ha sido retirada y todo lo que siento es
alivio porque la comodidad puede ser bastante incomoda también. Y un mayor
esfuerzo me promete un siguiente paso en mi crecimiento. ¡Welcome! Eso se llama desprendimiento, me dijo Ulises.
Vamos, que donde es cómodo para mí ahora, deja de ser mi zona
de confort, me mudo a una nueva zona de confort, un mejor estado de vida y de ese abandono constante de
zonas de confort, no es otra cosa que de lo que se trata vivir. Si eso nos enoja,
si nos encontramos frente a algo que incomoda es porque anterior a ese
acontecimiento veníamos sintiendonos a salvo de nuestros miedos. Dicho de otro modo, la zona de confort no es mala, de hecho me parece que existe una zona de confort ideal, aquella que me permita sentirme bien, sin impedirme crecer, evolucionar. Aún la estoy buscando por cierto.
Puede ser palabrería o visto de otro modo, la materia prima
con la que me estoy forjando, convicciones. Mark Twain lo habría resumido así:
Dentro de veinte años estarás más decepcionado por las cosas
que no hiciste que por las que hiciste.
Así que suelta las amarras.
Navega lejos del puerto seguro.
Atrapa los vientos favorables en tus velas.
Explora. Sueña. Descubre.
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