jueves, 24 de noviembre de 2011

La zona de confort



El éxito es lo que se hace en silencio día a día, sin testigos, sin música, sin parfernalia.

A veces decimos cosas creyendo que se las decimos a los otros cuando en realidad, hablamos hacia nuestro adentro, pero en voz alta. Así que espero no tocar ninguna susceptibilidad, escribo esto solo porque me vinieron algunas ideas que creo vale la pena recordarme a mi misma de vez en cuando.

Digo esto porque hace tiempo un señor x me hizo pensar en mi zona de confort. En aquél momento me encabroné. Él se refería a que trabajo y encargo a mi hija, luego entonces, según él, me realizo como mujer trabajadora y enaltecida de ego por ser feminista y proveedora y entretanto alguien cuida a mi hija, cosa que debería hacer yo y solo yo, sin ayuda de nadie.

Aquello me hizo mella y me pregunté: ¿zona de confort?, ¿cuál es esa? Si mi vida no es cómoda, si dejar a Fatima al cuidado de alguien más para ir a trabajar y que esto represente un significativo desembolso para pasajes y hartas horas en transporte público no es cómodo. Si no es cómodo cuando me echan en cara esa ayuda para el cuidado de mi hija, lo que, ciertamente, solo es responsabilidad mía, si no hay comodidad en recortar los gastos superfluos para solventar lo importante, si no es para nada cómodo eso y aquello que yo hago. Y así, vomité y vomité mi caldo viceral durante algún tiempo.

Desde entonces este concepto de zona de confort, me resulta interesante y paradójico. Para empezar es algo muy, muy subjetivo, eso está visto. Otra cosa que he pensado es que zona de confort no es lo mismo que comodidad. Así que, visto así, aquél señor x tenía un montón de razón. 

Zona de confort es hacer lo que sé hacer sin arriesgarme a hacerlo diferente. Y aquí viene la parte interesante y que me da vueltas en la cabeza porque uno va siempre queriendo abandonar la Zona de confort creyendo que busca lograr un estado de mayor comodidad que el actual y sin embargo nadie ha alcanzado el éxito desde la comodidad (sea lo que sea que para cada quien signifique éxito, otro concepto muy subjetivo).

En honor a esto diré que al recorrer la lista de personas que admiro, constato que ninguna de ellas tuvo una vida cómoda. Así que, creo que abandonar una zona de confort puede significar dejar de hacer algo que es per se incomodo, para lograr un mejor estado de vida.

Nadie afirmaría que pedir limosna es cómodo y si le dijéramos a un limosnero que vive en una zona de confort, con seguridad nos mentaría la madre pero es una zona de confort si la persona que lo hace tiene manos y pies con los que podría trabajar y simplemente no se arriesga a hacerlo porque está acostumbrado a pedir.

Hasta aquí creo que no me he perdido: zona de confort no es lo mismo que comodidad.

Lo siguiente es que mi muy personal credo dicta que comodidad es un estado pero no un fin y que felicidad es búsqueda aprendizaje y crecimiento personal, y ambas cosas sólo se producen fuera de esa zona de confort.

Y conste que dije búsqueda y no logro de. Dicen que el crecimiento personal es una de las mayores fuentes de satisfacción personal, esto para algunos puede ser palabrería y no más y está bien porque también es bien valido tener otras perspectivas de lo que significa crecer, vivir.

Pero para quienes creen en el crecimiento personal, hay que saber que crecer no es algo que ocurra así como así y solo con desearlo, es algo por lo que se trabaja a cada momento aunque eso signifique dejar de estar cómodos, a salvo de esfuerzo, de compromiso. Y eso si que cuesta.

Esto es lo contradictorio: para lograr bienestar y satisfacción es necesario exponernos a la incomodidad, mientras que si nos quedamos cómodos y con cosas aseguradas solo lograremos sentirnos frustrados en cuando la situación se modifique, aunque sea un poco. Si, de personas frustradas está lleno el mundo ¿no es así?

Ahora mismo es momento de registrar en esta bitácora que me toca mudarme, que mi madre se ha encabronado porque establezco límites y esa “ayuda” que se me venía proporcionando ha sido retirada y todo lo que siento es alivio porque la comodidad puede ser bastante incomoda también. Y un mayor esfuerzo me promete un siguiente paso en mi crecimiento. ¡Welcome! Eso se llama desprendimiento, me dijo Ulises.

Vamos, que donde es cómodo para mí ahora, deja de ser mi zona de confort, me mudo a una nueva zona de confort, un mejor estado de vida y de ese abandono constante de zonas de confort, no es otra cosa que de lo que se trata vivir. Si eso nos enoja, si nos encontramos frente a algo que incomoda es porque anterior a ese acontecimiento veníamos sintiendonos a salvo de nuestros miedos. Dicho de otro modo, la zona de confort no es mala, de hecho me parece que existe una zona de confort ideal, aquella que me permita sentirme bien, sin impedirme crecer, evolucionar. Aún la estoy buscando por cierto.  

Puede ser palabrería o visto de otro modo, la materia prima con la que me estoy forjando, convicciones. Mark Twain lo habría resumido así:

Dentro de veinte años estarás más decepcionado por las cosas que no hiciste que por las que hiciste.
Así que suelta las amarras.
Navega lejos del puerto seguro.
Atrapa los vientos favorables en tus velas.
Explora. Sueña. Descubre.

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