¡No puede ser diferente!, ¿solo porque tú lo dices?
¡Así es como ha sido siempre!
Así te educamos a ti, ¿porqué no la haces entrar al aro?
Para que fuera distinto tendrías que irte muy lejos
Nosotras tenemos acuerdos pero tú no has querido
Te tienes que aguantar porque estás entre nosotras, ¡porque
te criamos!
Son estas las consignas que he acatado a voluntad (hasta ahora) a cambio de pertenecer. Eran el famoso ciclo sin fin (de Disney
of course). Eran la moneda de cambio para ocupar un sitio que no me
correspondía y abrazar expectativas que no me tocaba cumplir. Acogida y refugio
seguros a precio de lealtad.
Puestas de manifiesto, así tan explícitamente, a
“bocajarro”, me fueron reveladas tan pesadas como son.
Esta vez la Guerrera me empuja a revelarme. Es por mi y es
porque no deseo que ella las asuma también, lo que no iba a suceder de
cualquier modo porque ella es tan distinta. Es porque el asunto se tornaba cada
vez más … más como una materia viscosa que obliga a luchar sin tregua y sin hallar
paz.
Quiero hacer las cosas de distinta manera, atiné a decir.
Esta vez, respiré muy hondo y solo lo dije, en voz muy alta, afirmándolo para mí
y pidiéndoselos a ellas.
Ulises me escribe después, a media noche como un adivino, como
el grillo zen que es:
AVECES SOLO PASAN LAS COSAS Y AVECES HAY QUE HACER QUE
SUCEDAN.
Elemental mi querido Watson, elemental.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dime qué piensas